Las cataratas en el perro

Muchas de las enfermedades habituales en el ser humano ocurren también en los perros. Un buen ejemplo de esto son las cataratas. Cuándo hablamos de cataratas nos referimos a un daño en el cristalino del ojo, que pierde su transparencia se cubre por una membrana blanquecina o azulada puede terminar por hacer perder totalmente la visión del ojo afectado.

No todas las cataratas son evolutivas, hay algunos tipos que permanecerán en el mismo grado por tiempo indeterminado, aunque ya habrán hecho perder al perro parte de su visión.

Es habitual que afecte a los dos ojos y aunque puede sucederle a cualquier perro, es más habitual con la edad y en determinadas razas  como el Cocker Spaniel, el Caniche, el Husky Siberiano o el Labrador entre otros.

¿Por qué se producen?

En muchos casos se producen por un problema genético del animal, por eso hay razas más propensas que otras en desarrollar cataratas. También se puede producir una catarata debido a un traumatismo, a una infección o por problemas metabólicos, como es el caso de la diabetes.

Hay cosas que es imposible prevenir, pero la diabetes en muchos casos es producto del sobrepeso y la mala alimentación y eso es algo que sí está en nuestras manos prevenir. Un perro con un peso saludable será un perro mucho más sano. Por supuesto jamás se le deben de dar dulces o restos de comida para humanos, que no suele ser saludable para ellos.

Asegúrate también de que tu animal hace suficiente ejercicio, de este modo quemará las calorías sobrantes y se sentirá mucho más tranquilo

¿Cómo puedo detectarlas?

Normalmente las cataratas no se notan hasta que aparece la famosa membrana opaca que cubre el cristalino. En ese momento ya es seguro que el animal lleva muchos meses, incluso más de un año, sufriendo la enfermedad.

Observar bien a nuestro animal y detectar a tiempo un problema de visión es la única manera de darnos cuenta con anticipación de que hay un problema. Hoy por hoy las cataratas en el perro se pueden operar si se trata de un animal sano y no muy mayor. El 90% de los perros intervenidos recuperan su visión y pueden llevar a cabo una vida normal.

La operación puede ser de dos tipos, uno de ellos es similar a la de los humanos y consiste en instalar una lente que hará las funciones del cristalino sano. La otra, más habitual por ser mucho más económica, consiste en extraer el cristalino pero sin colocar nada en su lugar. El perro tendrá la suficiente visión como para hacer una vida normal.