Una sonrisa tras la tragedia en Rosario

No sé cómo, con todas las catástrofes que suceden a lo largo de nuestra vida, y sobre todo después si se es testigo de muchas de ellas, aun el ser humano es capaz de no solo seguir hacia delante, sino también poder sonreír. Pero, porque no, bienvenido sea siempre.

No sé cuántos de vosotros recuerda la terrible tragedia vivida en la ciudad argentina de Rosario, el día 6 de Agosto. Cuando debido a una explosión de una instalación de gas en la ciudad, se cobró víctimas y heridos, dando un balance de 21 fallecidos. Algo que, sin duda, como tantas cosas, se podía haber evitado.

Y como en todas las catástrofes, de repente hay momentos de gran emoción. Esos son los momentos son los culpables de que volvamos a sonreír. Entre todas las historias de reencuentros y grandes emociones, os quería señalar hoy una que, debido a ser un blog de mascotas, seguro que a más de un amante de los animales les parece increíble.

Cecilia y su Diamante

La explosión se llevó muchas cosas, quizás las menos “dramáticas” son las historias de muchas personas que han visto como su vivienda, pertenencias y, sobretodo, recuerdos, les eran arrebatados tras el colapso de dos torres y el derrumbo de otra tercera. Lo que hizo que más de 238 viviendas se vieran afectadas de numerosos daños.

Una de estas casas era la de Cecilia, quien días después, cuando los responsables lo permitieron, regreso a lo que antes era su casa, para intentar recoger lo poco que pudiera encontrar, el día 13 de Agosto, una semana después.

Lo que no podía sospechar Cecilia es que, después de una semana, se iba a encontrar lo mejor que podía esperar, a Diamante. Una gata que permaneció escondida debajo de la cama de la dueña, como esperando a su llegada.

Una gata con mucha historia

Y no podía ser de otra forma, ya que la historia de Diamante, como la de otros muchos animales, es la de una gata abandonada por verdadera dueña, vecina de la propietaria, quien al mudarse de casa decidió dejar al animal a su suerte. Por lo cual la gata solía ir a casa de Cecilia a comer y buscar cariño.

Tras la explosión y el estruendo, la gata asustada, busco refugio en el lugar donde estaba la persona que, a su parecer, era su dueña. Y esta era, sin duda, la casa de Cecilia, donde se quedó esperando que ella volviera. Y así fue.

Bien es sabido que los gatos tienen 7 vidas. De momento a Diamante ya le han marcados dos. Esperemos que, con la ayuda de su ya seguro dueña, pueda disfrutar de las otras 5 que le quedan. De momento Cecilia, volvió a sonreír.