Proyecto del perro amarillo

¿Alguna vez habéis visto pasear a un perro que lleva en su correa un lazo amarillo?

Eso quiere decir que es un perro que está en periodo de entrenamiento o tiene algún problema de comportamiento o de salud y se pide que le dejen más espacio para que se sienta cómodo.

Así pues, si veis a un perro con lazo amarillo, por favor, no os acerquéis a él y dejadlo tranquilo. Y si no nos queda más remedio que pasar por su lado, primero deberemos informar al dueño y él nos indicará la mejor manera de hacerlo.

Causas posibles

Esto no quiere decir que sea un perro agresivo ni peligroso, simplemente puede estar convaleciente de una enfermedad o estarse habituando a un nuevo entorno tras una mudanza o por haber sufrido algún trauma.

Otra de las causas más habituales es que sea un perro con inseguridad y que reaccione con miedo y ansiedad a otros perros o a movimientos bruscos.

Ayudándolo a ser feliz

Lo que se pretende con este aviso es evitar al perro esos momentos de estrés y así trabajar con él en el refuerzo positivo para conseguir que ese comportamiento se elimine y sea un perro más feliz.

Si vamos paseando a nuestro perro cuando vemos el lazo amarillo en otro perro, lo primero que deberemos hacer, sin alterarnos, es controlar que nuestro perro no se acerque al otro, ya que sin quererlo podemos provocar una respuesta de agresividad en señal de defensa.

Debemos de tener en cuenta que no es cuestión de que nuestro perro sea amistoso y no tenga problemas con saludar a cualquier perro, sino que al perro con el lazo amarillo puede no parecerle bien que un extraño venga a saludarle con alborozo.

El Proyecto del perro amarillo es un movimiento a escala mundial que quiere concienciar a los dueños de los perros para que cada vez más entiendan y respeten los problemas de nuestros animales.

¿Cómo saber si nuestro perro debería llevar un lazo amarillo?

Nosotros, más que nadie, deberíamos conocer el comportamiento normal de nuestro perro. Si está gruñón porque está pasando un postoperatorio o recuperándose de una dolencia, deberíamos salir a la calle con ese lazo y así ofrecerle la posibilidad de un paseo sin “amigos” pesados.

Si nuestro perro ladra constantemente ante la presencia de gente o de otros perros, sin duda tenemos un perro reactivo. Además de sacarle a pasear con el lazo amarillo, deberíamos conseguir la ayuda de un profesional que le ayude con un refuerzo positivo a ganar esa confianza que le falta y perder el miedo.

¿Tiene mi perra un conflicto con su sexualidad?

No hablo en broma si digo que muchos dueños de perras han llegado a consultas veterinarias o a diferentes foros de Internet con esta pregunta, preocupados por el comportamiento de sus compañeras perrunas. Hay actitudes de una animal que identificamos como sexuales cuándo no es así y nos pueden hacer pensar cosas que están muy lejos de la realidad.

Perras que montan a machos o a otras perras e incluso se mueven como si quisieran aparearse sin estar en celo. Incluso en muchas ocasiones presentan esta conducta hacia nosotros, tratando de montar nuestra pierna o incluso nuestra cabeza si estamos tumbados. O que se acercan a la rueda del coche o a una pared y levantan la pata para mear tal cual lo hace un macho. Si bien esto último no tiene ninguna importancia el hecho de montar si puede traer conflictos.

No es algo sexual, es dominación

Sin embargo la realidad es que estas conductas, a no ser que la perra esté en celo, tienen mucho más que ver con un animal muy dominante que trata de someter a otro perro o a su humano, que con un conflicto de rol sexual. Una hembra con un sentimiento de liderazgo mal encauzado puede presentar estas conductas para mostrar su fuerza y erigirse como líder de su manada.

Aunque el animal sea pequeño y no nos moleste demasiado su jueguecito en ningún caso debemos de permitirle que actúe de ese modo con nosotros, ya que consentir estos comportamientos denotaría por nuestra parte una actitud de “sumisión” hacia el animal.

Nuestro lenguaje corporal sería interpretado por la perra como rendición y por tanto trataría de tomar el control de la situación desarrollando problemas de conducta y de disciplina muy difíciles de corregir si no se toman medidas desde el primer momento.

Corregir ese comportamiento evitará conflictos futuros

Cuándo la perra comience a mostrar estos comportamientos con otros animales o con nosotros mismos deberemos de corregirla con firmeza, pero sin gritarle ni enfadarnos. No debemos de ponernos nerviosos pero si bajarla al momento y hacerla desistir de su actitud con paciencia, separándola cuántas veces sea preciso hacerlo.

Si no impedimos que actúe de ese modo con otros perros pueden terminar desencadenándose peleas muy desagradables y problemas de convivencia si se trata de otros perros de la casa. Con personas, mostrarnos sumisos según ellos lo interpretan, echa por tierra nuestra autoridad y que podamos terminar por no controlar al animal.

Conocer el lenguaje corporal de nuestros perros es fundamental para interpretar sus acciones correctamente y poner freno a aquellas que puedan ser fuente de conflictos y problemas.