El equilibrio de nuestro perro a través de nuestros cuidados

A la hora de llevar un perro a casa, no solo nos tenemos que preocupar por darle de comer, beber, asearlo, llevarle al veterinario o vacunarlo. Esto es importante pero también debemos dar respuesta a sus necesidades emocionales para tener un perro sano tanto física como psíquicamente.

Para poder responder a todas sus necesidades lo primero que haremos será observarle, para dar las respuestas más adecuadas. En muchas ocasiones nos quejamos de nuestro perro, porque nos muerde las zapatillas, mordisquea el sofá, revuelve los armarios… todo esto son acciones típicas de un perro que está aburrido y al cuál no se le han satisfecho sus instintos sociales, cazadores de juego…

Estos hábitos poco saludables para la convivencia los podemos transformar a través de juegos y actividades. Por ejemplo cuando le damos de comer, le echamos la comida en el plato, y no nos preocupamos de más, en vez de echarle toda en su cuenco podemos retirar una parte y esconderla por la casa o en juguetes para que desarrolle su instinto de rastreo y reduzca la necesidad de caza.

Los momentos más propicios para destrozar objetos de la casa, es cuando les dejamos solos en el hogar. Para evitarlo podemos dejarles juguetes en los cuales se introduce comida y que tienen que desarrollar ciertas destrezas para conseguir sacarlo del objeto.

Los perros son animales sociales y hay que dedicarles tiempo y también enseñarles que la ausencia es temporal y que siempre volvemos. Además esa sociabilidad también es respondida cuando le sacamos al parque y le dejamos relacionarse y jugar con otros perros. Otra actividad para controlar el instinto cazador es permitirle en el parque o en el campo que escarbe en busca de pequeños animales.

En nuestra relación con el perro también es necesario que exista una comunicación. Ésta se puede enseñar a través de la obediencia básica, son palabras o pequeñas frases  que sirven de instrucción al perro, y que las asocia a una determinada acción, por ejemplo sentarse, tumbarse, junto, vamos al parque…

Por último es necesario dejarle claro lo que está bien y lo que no, las acciones positivas las premiaremos de forma inmediata para que lo asocie y lo que no consideremos apropiado le corregiremos siempre con paciencia y cariño. Siendo constantes en las enseñanzas enseguida conseguiremos que la convivencia sea positiva.

Todo lo que hemos expuesto en este artículo, son aspectos a tener en cuenta en nuestra convivencia diaria con nuestra mascota perruna para evitar conflictos o malestares en el perro y en nosotros perfectamente evitables en el inicio de la convivencia y más complejos de modificar cuando lleva tiempo en casa.

 

Beneficios de tener una mascota

Tener animales en casa puede ser la mejor prevención para evitar la aparición de enfermedades y potenciar nuestra salud. Lo primero que debemos hacer es establecer lo que significa salud, para ello nos vamos a referir a la definición publicada por la Organización Mundial de la Salud que la define como “el estado de completo bienestar físico, mental y social”. Cuando uno de estos tres aspectos falla el cuerpo enferma, y aparecen diferentes dolencias, lo que se consigue al tener una mascota es prevenir su aparición y ayudarnos a mejorar y mantener nuestra salud. Para ello vamos a establecer qué aportaciones nos hacen a cada uno de los tres estados.

      A nivel físico

  • Durante años se han realizado multitud de estudios científicos que demuestran que acariciar a un animal reduce la tensión arterial y produce en las personas efectos de relajación corporal, reduce los niveles de ansiedad y stress.
  • Mejoran la movilidad corporal, cuando elegimos un animal que tenemos que sacar a pasear, provoca que tengamos que hacer ejercicio, paseando en los periodos de tiempo que tienen que salir a la calle. Si tenemos un animal que no hace falta sacarle al exterior podemos dejarle caminar por la casa, al recogerle también tendremos que ejercitarnos primero para buscarle y luego para cogerle. También se puede ejercitar con tan sólo acariciar al animal ya que supone un movimiento de los brazos y de las piernas para acercarnos.

      A nivel social

  • Los animales nos ayudan a ampliar nuestra red social, bien porque salimos con nuestra mascota a pasear y se entretienen con otros de su especie, y de este modo comenzamos una conversación con el dueño de otra mascota o bien porque nos encontramos con personas dispuestas a hablar de su mascota y es más fácil entablar una conversación.
  • Mejorar la convivencia entre los miembros de una misma casa. Queda demostrado que la presencia de una mascota en el hogar reduce el stress y los nervios y esto tiene como consecuencia que se reduzca los niveles de conflicto y el nivel de agresividad en la comunicación.
  • Nos enseñan también una importante lección a dar y recibir, es decir, en función de cómo nos comportemos con nuestro animal así se comportará él.

      A nivel psíquico

  • La presencia de un animal reduce la sensación de soledad. Principalmente porque nos hace compañía y también porque tenemos a alguien de quien preocuparnos, ya que le debemos alimentar, asear, pasear y cuidar, lo que hace que muchas personas que padecen depresión salgan de ella gracias a su mascota. Esto es debido a que tienen a alguien que les reclama atención y de quien preocuparse, fuera de sí mismos o del problema que les atormenta.
  • Permiten hablar a la persona sin ser juzgada. Los animales nunca nos van a juzgar, por lo que son una excelente vía de escape para hablar de lo que nos preocupa o nos molesta.

 Todo lo expuesto anteriormente son beneficios de tener una mascota con nosotros, pero no es un sustitutivo a la medicina o los tratamientos a los que estamos expuestos sino que es un complemento a ellos o una forma de evitar que aparezcan enfermedades.