El líder de la manada I

Cuando decidimos llevar a un perro a casa es necesario establecer una serie de normas y realizar una serie de acciones para que tenga claro que la familia de ese hogar forma una manada y que él es el último miembro de la manada y debe actuar en consonancia a ese rol.

En muchas ocasiones se cometen errores porque tendemos a humanizar a nuestro cachorro, pensamos que porque tenga un hogar, un alimento cinco estrellas, ropita para que no pase frío y le tratemos como si fuera nuestro bebe ese perro va a ser más feliz y es una gran equivocación, estamos creando un perro que esta desequilibrado por dentro.

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Para evitar esto es necesario que desde el primer día le dejemos claro que es el último y como lo hacemos, primero hay que tener una serie de nociones básicas. Un principio básico es que un perro es feliz cuando hace ejercicio, tiene límites y tiene cariño. En este orden, algo que muchas personas se equivocan porque lo hacen en orden inverso. Hay gente que considera que porque su perro baje a la calle haga sus “cosas” y suba a casa ya esta todo arreglado, por muy pequeño que sea esa raza tiene unas necesidades físicas a las que debemos dar respuesta porque sino tendremos un perro frustrado, el cual se dedicará hacer cosas poco adecuadas en casa. Hemos establecido la obediencia esta también es importante y desde el primer día, hay que evitar que suba al sofá, a la cama, que muerda la alfombra… Esas cosas que hacen los cachorros y que si no modificamos también lo harán de adulto. No vale pensar es “que es tan majo” ” como le voy a regañar” frases típicas que pueden ir en nuestra contra porque cuando son adultos es más complicado cambiar. Y por último el cariño, y este no hace referencia a comprarle ropa, darle el mejor alimento, o que tenga una habitación para el solo, significa pasar tiempo con nuestro perro crear un vínculo, jugar con él, en definitiva dedicarle tiempo y atención.

Otro aspecto a tener en cuenta en la relación con nuestro perro es como le damos las órdenes, están deben ser firmes y tranquilas, no por gritar más nuestro perro nos va hacer más caso, posiblemente nos ignore porque lo que lee estamos transmitiendo es que estamos histéricos. Hay que tener claro que los perros funcionan de forma diferente a los humanos, es decir a nosotros nos llega la información principalmente por los ojos y por los oídos a ellos les llega primero por el olfato, luego por los ojos y por último por los oídos, por lo que nuestro lenguaje corporal va a tener una gran importancia.