A la hora de elegir una mascota, en primer lugar deberíamos tener muy en cuenta qué es lo que nosotros podremos ofrecerle a nuestro nuevo amigo. Para ello tenemos que tener muy claro si lo que realmente queremos es tener una mascota ya que durante muchos años permanecerá en nuestras vidas.
Una vez que decidimos adoptar a un “amigo peludo” lo más común es que se trate de un perro o un gato. Son las mascotas que más podemos encontrar habitando en las casas de nuestro alrededor, pero a su vez se trata de animales muy diferentes entre sí, por lo que antes de decidirse por uno o por otro se ha de tener muy claro qué es lo que nosotros podemos ofrecerle a él y cuál se adapta mejor a nuestro estilo de vida.
Son bastantes los factores a los que atenernos como el tamaño de nuestra casa, el tiempo que tendremos para dedicárselo, si tenemos o no niños, etc.
Un perro necesita disponer de espacio para correr, para jugar, etc., se trata de un animal con mucha vitalidad y mucha energía por lo que necesita ejercicio diario. De mismo modo, el paseo puede ser muy beneficioso tanto para el perro como para el humano que lo saca a pasear.
Para quienes buscan un acompañante activo los perros son la mascota ideal. Es un animal muy fiel que responde a su dueño y que tras un correcto entrenamiento será capaz de acatar órdenes sencillas. Por regla general adoran jugar con la pelota, con palos, piedras… pero como realmente disfrutan es pasando tiempo con sus dueños.
Su mantenimiento es relativamente sencillo. Lo ideal es cepillarlo a diario para mantener su pelo brillante y reducir la caída del mismo. Es recomendable bañarlos una vez al mes para mantener su higiene sin llegar a producirles problemas en el pH, utilizando siempre, por supuesto, champú específico para su cabello.
El tamaño es una consideración importante al elegir un perro. Los mediamos y grandes, generalmente requieren más alimentación y ejercicios. Les gusta mucho que sus dueños los acompañen en sus juegos, por lo cual no son lo ideal para los ancianos o las personas muy sedentarias. Por el contrario a los perros más pequeños les gusta más tirarse en los sillones a descansar junto a sus dueños.
La edad es otro factor importante a considerar. Los cachorros son maravillosos, y nos ofrecen la ventaja de poder verlos crecer. Sin embargo, necesitan que se les dedique mucho tiempo, siendo a veces frustrante, con el entrenamiento y la educación. Los perros suelen entrar en la adultez cuando han alcanzado su primer año.
Los cánidos adultos también tienen sus ventajas. En ese momento ya podremos conocer su personalidad puesto que ya está definida y además suelen ser más tranquilos y obedientes.
Por otro lado los gatos se pasan la mayor parte del día durmiendo y pueden pasar más tiempo solos. Son más limpios que los perros.
Se trata de una mascota más tranquila y apacible y se entretienen muy fácilmente. No requieren tantos cuidados cotidianos como los perros y se adaptan muy fácilmente a los horarios de sus dueños.
Al igual que a los perros es recomendable cepillarlos una vez al día para mantener un pelo brillante y sin nudos. Al ser tan meticulosos dedican mucho tiempo a su higiene propia por lo que no es necesario bañarlos con tanta frecuencia. Asimismo se trata de animales que facilitan mantener la limpieza en el hogar puesto que al colocarles una cajita con arena, instintivamente defecarán en ella.
El tamaño del animal no es un factor muy importante en este caso. Lo que más debemos de tener en cuenta es la cantidad de pelo que tenga, que irá en función del gusto personal.
Por todo ello la elección de nuestra mascota es una decisión muy importante puesto que será un miembro más de nuestra familia durante muchos años.