La salud de toda mascota depende de que reciba diariamente las cantidades y proporciones correctas de nutrientes: agua, proteína, grasa, carbohidratos, minerales y vitaminas.
Excepto el agua, los alimentos comerciales para mascotas se identifican como 100% completos y balanceados, es decir, contienen los nutrientes necesarios.
Energía
Con respecto a la energía, si bien no es un nutriente, los animales la necesitan por ello es preciso que satisfagan dicha necesidad consumiendo carbohidratos, proteína y grasas en sus dietas.
La energía no solo proporciona la fuerza motriz en las reacciones metabólicas, sino que permite la utilización de todos los otros nutrientes, proporcionando calor para mantener la temperatura normal del cuerpo.
Influencias sobre los requerimientos calóricos
Si comparamos un perro o gato adulto con un cachorro o gatito en crecimiento, este último requerirá entre dos y cuatro veces más energía por libra de peso corporal.
De esta manera, a medida que el animal se acerca a la adultez, los requerimientos calóricos se irán reduciendo.
Diferencias entre las razas
Suele ser normal que los perros de razas pequeñas, con un peso corporal inferior a 9 kg, lleguen a alcanzar un peso maduro de hasta 30 veces más que su peso al nacer.
Por su parte, los perros de razas medianas poseen un peso corporal varía entre los 9 y 22 kg., mientras que los de razas grandes incluye a aquellos que pesan de 22 a 45 kg. Los de razas gigantes pueden crecer hasta superar los 45 kg.
Cabe destacar que los perros de razas grandes de rápido crecimiento necesitan menos alimentos por kilo de peso corporal en relación a las razas pequeñas.
Complementos alimentarios
Los complementos no resultan necesarios en aquellos casos en que a un perro o gato se le administra un alimento completo y balanceado, salvo que lo prescriba un veterinario.
La leche como alimento no proporciona una dieta equilibrada. Puede ser utilizada como golosina para algunos perros o gatos, no obstante, en grandes cantidades puede ocasionar ciertos efectos (diarrea) y, por lo tanto, no ser tolerada.
Por otro lado, no es aconsejable adicionar huevos crudos a la dieta de un perro o gato ya que puede ocasionar una deficiencia de la vitamina biotina, trayendo como consecuencia dermatitis (inflamación de la piel), pérdida de pelo y crecimiento pobre.
Con respecto a los pescados crudos, algunos pueden provocar deficiencia de la vitamina tiamina, ocasionando síntomas como anorexia (pérdida completa del apetito), postura anormal, debilidad, ataques de apoplejía e, incluso, la muerte.
No se recomienda administrarle las sobras de comida a un perro o un gato. En caso de hacerlo, no deben superar el 10% de la ingesta diaria de alimentos del animal.
Los huesos pequeños y blandos nunca deben suministrarse a los perros o gatos, ya que pueden astillarse quedando así alojados en la boca o garganta de la mascota.