Cualquiera que esté ligeramente al tanto de lo que ocurre en el mundo (aunque no quiera, como un servidor) habrá oído hablar de unos problemillas que están teniendo allá por la costa norte del Mar Negro. Me he acordado de esta señorial raza que ha dominado durante siglos, al pie de sus amos, las infinitas estepas rusas. Vamos a hablar del Borzoi o galgo ruso.
El Borzoi desciende de una antigua estirpe de galgos árabes, o eso se dice, ya que se tiene constancia de su presencia en Rusia desde al menos el siglo XVII. Siempre fue un perro de caza, adiestrado especialmente contra el lobo siberiano, y el compañero inseparable de la aristocracia rusa, de la que adquirió, tal vez, ese porte altivo y elegante aunque algo exótico.
Físicamente es un perro grande y ágil, de unos 70 centímetros y treintaytantos kilos. La cabeza es muy larga y estrecha en su conjunto, los ojos próximos, oblicuos y oscuros, las orejas móviles, altas y replegadas. Los hombros son planos y los brazos rectos, pero atrás es musculoso, con metatarso corto y dedos largos. El tórax es estrecho y muy profundo, el dorso arqueado y el vientre retraído. La cola es larga.
Su pelaje es muy característico, largo y ondulado, sedoso, pero no lanoso
El Borzoi es un perro de aspecto altivo y realmente noble, muy celoso de su amo y suspicaz con los desconocidos. Como todos los galgos, se adapta bien a la vida en casa, aunque es mejor darle largos paseos en los que pueda darse alguna carrera. Es silencioso, paciente y muy tranquilo en general. Eso sí, no es ni la alegría de de huerta, ni el mejor amigo de los peques, ni el líder de la manada.
Entre los cuidados específicos que requiere, aparte de esos paseos estará una buena rutina de cepillado que todos agradeceremos. Se le considera un perro fácil de cuidar y mantener: un lugar mullido para descansar, comidas livianas, ejercicio (ojo si se escapa), medicación la mínima, que no la tolera bien y listo. Puede presentar algunos problemas óseos genéticos de menor importancia.
Hoy en día, los Borzoi son asiduos clientes de las peluquerías caninas que adoran sus normalmente prósperos propietarios, donde los entregan a todo tipo de peinados, que los perros toleran con su melancólico aire de rusos blancos procedentes de otro tiempo. Pero Borzoi significa “veloz”, y salvaje sangre rusa corre por sus venas. Que hoy lo veamos en calma no quiere decir que haya perdido sus asombrosas cualidades de velocista.