En este artículo vamos a establecer qué cuidados debemos tener en cuenta sobre la alimentación, el hogar y la higiene principalmente.
Jaula
Nuestra ave tiene que tener una jaula lo suficientemente amplia para que pueda extender sus alas completamente y pueda revolotear por ella. Las medidas aconsejables para vivir un solo ejemplar son de 120 x90x90 cm. Estas medidas son aproximadas ya que van en función del tamaño que posea nuestra mascota, hay que tener en cuenta que estas aves oscilan entre los 12 y los 30 cm. Es importante que puedan abrir las alas y su cola que es bastante larga, no toque el suelo.
Si decidimos tener más de un loro para que tenga siempre compañía es aconsejable que sea de la misma raza para evitar los posibles conflictos que puedan surgir en la convivencia.
La jaula estará equipada con recipientes para la comida y el agua, perchas que van de un lado a otro de la jaula para que pueda apoyarse y revolotear de una a otra. Podremos poner otro tipo de objetos para que nuestra ave se entretenga como un columpio, cascabel, campana, escalerita, y ramas de sauce para que se dedique a mordisquear. Podemos poner todos los juguetes que consideremos oportunos para evitar que nuestro loro se aburra, en las tiendas de animales podemos encontrar una gran variedad de ellos.
El suelo de la jaula, lo cubriremos con la arena que se usa para las bandejas de excrementos de los gatos, la limpiaremos con cierta asiduidad, unas 3-4 veces a la semana, evitando que se acumulen excrementos y trozos de comida oxidados o malos. Una vez al mes haremos una limpieza integral de la jaula y de los objetos de nuestra ave para desinfectarlos a fondo.
El hogar de nuestra ave exótica lo colocaremos en un lugar luminoso en el que pueda ver a la gente por la ventana, la habitación de la casa más aconsejable será aquella donde pasemos más tiempo, ya que los loros son pájaros sociables que les gusta el contacto con las personas, si le ubicamos en un lugar donde casi no le podemos prestar atención, el carácter de nuestra mascota cambiará volviéndose más agresivo o desarrollando síntomas de ansiedad.
Alimentación
La comida que suministramos a nuestra mascota no debe diferenciarse en exceso de la que ellos comen en su hábitat natural, en diversas zonas de América del Sur, allí se alimentan principalmente de semillas de girasol, avena, cañamón, maíz, arroz, trigo, mijo…. A parte de darles este tipo de alimento, le complementaremos la dieta con trozos de fruta, como pera, manzana, plátano, uva… También añadiremos verduras y hortalizas a su alimentación (zanahorias, brócoli, nabo, col..)
Es importante que no nos obcequemos en darle todos los días lo mismo porque puede tener consecuencias negativas. La primera respuesta de nuestra mascota por tener una alimentación monótona y rutinaria es que enferme porque no tiene suficiente aporte vitamínico y de la enfermedad derive la reducción de años. Otro de los resultados de una dieta poco adecuada es que nuestra mascota se aburra y deje de comer, rechace todo el alimento que le pongamos y se dedique arrancarse las plumas.