Tarántulas

De ¡¡Ay, qué asco!! ¡Una araña! A ¡Anda, qué chula! ¡Una araña! Sólo hay un matiz: la función de mascota que puede desempeñar, por ejemplo, una tarántula. Aunque o puede decirse que en España sea de lo más habitual tener a estos artrópodos de animal de compañía, tampoco se extraña nadie en exceso de que así sea.

De las 650 subespecies de tarántulas que existen, sólo 10 son peligrosas. Estos insectos se dividen en subterráneos, terrestres y arborícolas. Los machos son escasamente longevos: apenas un año o, incluso, meses, según la raza. Las hembras, en cambio, alcanzan los 25 años de vida.

Estos arácnidos viven en estado salvaje en las selvas tropicales del Sur y centro de América, así como en los desiertos de México y en África, Asia y Australia. También podemos dar con alguna subespecie de tarántula en Europa.

Qué comen

A la hora de adoptar a una tarántula como mascota, hemos de tener en cuenta que son animales carnívoros y que prefieren el alimento vivo. Así, si en estado salvaje comen insectos, invertebrados e incuso aves de pequeño tamaño, a las que inmovilizan con su veneno, en nuestra casa han de alimentarse de gusanos, langostas y crías de ratón. Alguna vez, raramente, podemos darles un trozo de hígado, pero ha de ser la excepción.

Para que estos insectos estén a gusto, la temperatura ha de mantenerse entre los 23 y los 26 grados y la humedad relativa de su entorno entre el 50  el 85%. Un hábitat que, por cierto, ha de mantenerse también en unas condiciones concretas.

El terrario

Según cual sea la raza, el terrario ha de adecuarse de una u otra forma. Así, si hablamos de una tarántula terrestre, el suelo debe componerse de una capa de unos diez centímetros de turba para que pueda anidar. En el caso de las arborícolas, debemos reducir el sustrato a 7 centímetros y hemos de humedecerlo, pues suelen necesitar esa humedad.

En todo caso, tendremos siempre a disposición del insecto un trozo de corcho para que pueda esconderse. También podemos tapar el terrario con una red fina, de modo que le entre abundante oxígeno. Otro complemento es el que supone una maceta semienterrada, lugar en el que anidará gustosamente.

Temperatura y humedad

Pondremos también un termómetro para asegurarnos de que a temperatura es la óptima en todo momento  una manta térmica bajo el terrario que caliente más o menos la mitad, de modo que el animal elija dónde quiere estar, en la parte caldeada o en la fresca.

En cuanto al agua, es bueno que el insecto tenga siempre un recipiente a su disposición y pulverizar el sustrato una vez a la semana para que éste se mantenga húmedo.

Dejamos para otra ocasión el cuidado y la cría de las tarántulas, pues es material más que suficiente para otro (u otros) artículo.