Con frecuencia, solemos escuchar a las personas quejarse porque su perro les destroza los cultivos de su huerto, porque no saben cómo impedir que su mascota acceda a ciertas zonas del jardín de su casa, porque se les escapa de su terreno o, incluso, porque no saben cómo hacer para que los perros ajenos no accedan a su propiedad para hacerles destrozos o escarbar en su jardín. Para esos casos, la solución es instalar pastores eléctricos, construyendo una cerca que se ajuste siempre a lo que necesitamos.
Vale aclarar que no es lo mismo evitar que escarben, salten o trepen por una valla metálica y destrocen el jardín o cultivo que se encuentra junto a la misma, que hacer un recinto cerrado para las mascotas para impedir el acceso a un huerto, a una piscina o al propio jardín.
Dependiendo de si se trata de un perro o un gato, la separación entre el alambre y la malla metálica, así como la altura del suelo, será mayor o menor, de manera que el animal más pequeño no tenga posibilidad de pasar por abajo ni el más grande pueda saltar por arriba.
Tras recibir descarga por primera vez y memorizado sus efectos, es su instinto de supervivencia el que les impedirá acercarse nuevamente a la línea del pastor eléctrico.
En el caso del gato, éste es un animal por demás escurridizo, puesto que trepa con absoluta facilidad, siendo la parte superior de los muros y los tejados sus lugares favoritos. Sin embargo, el gato es un animal muy listo que, al igual que el perro, es sumamente sensible al dolor y aprende rápidamente.
Es bueno saber que el pastor eléctrico para perros, gatos u otro tipo de mascotas, es el método más sencillo, asequible y eficaz en comparación con otros sistemas, como es el caso de olores repelentes, vallas invisibles, ultrasonidos y anti-ladridos, entre otros.
En cualquiera de los casos, debemos educar a nuestras mascotas.