El momento de las visitas en el hogar puede ser un momento distendido cuando nuestros invitados entran por la puerta o por el contrario puede dar lugar a un momento tenso cuando tenemos un perro. Los momentos tensos se pueden producir cuando en nuestro hogar entran niños o adultos que tienen miedo a los cánidos y no aceptan o no les gusta que la mascota les toque o personas con poca estabilidad que pueden acabar en el suelo si nuestro perro es muy efusivo.
Lo primero es comenzar a trabajar a nuestro mascota cuando nosotros entramos en casa, se puede poner de pie, algo que deberemos de corregir primero porque nosotros somos los alfas y segundo porque cuando es un cachorro no pasa nada pero cuando peso 50 kilos y tiene las patas con barro probablemente no le haga mucha gracia.
Se debe comenzar desde cachorro ya que todo aprendizaje lo asimilará mejor cuanto más pequeño sea pero si el perro es grande también lo puede aprender. Cuando entramos por la puerta de casa debemos entrar a nuestro ritmo y sin prestar atención al perro, es decir sin tocarle, hablarle ni mirándole. Iremos a dejar las llaves cambiarnos el calzado o nuestra rutina habitual y cuando el perro este completamente calmado será el momento de saludarle porque le estaremos vinculando tranquilidad a saludo/afecto. Si el perro se vuelve alterar dejaremos inmediatamente de acariciarlo y le ignoraremos.
En los momentos que tengamos visitas, deberemos instruir a nuestros invitados a que en el momento que entren en casa, lo harán sin mirar al perro, ni tocarlo y andarán tranquilamente hasta la estancia donde vayan a permanecer.
Al principio será necesario acudir a la puerta con nuestra mascota y estará agarrado con la correa para que el momento en el que suene el timbre no vaya fuera de sí a saludar. Sí se mantiene tranquilo se lo recompensaremos con una golosina o con una muestra de afecto si por el contrario comienza a tirar será necesario darle un tirón de correa e insistirle en la orden quieto. Poco a poco el perro ira aprendiendo a que el timbre de la puerta y las personas que entran a nuestro hogar son personas a las que hay que respetar y que es necesario recibirla tranquilamente. Según lo vaya asimilando iremos reduciendo los momentos de tener la correa puesta hasta que la eliminemos por completo y nuestros visitantes puedan entrar sin que la mascota se les lance.