Hoy os quiero traer un suceso cuanto menos curioso, que explica a la perfección como el sentimiento de maternal puede sustituir e incluso superar a cualquier otro de nuestra naturaleza. Tanto que ya sabemos de muchas especies animales pueden adoptar e incluso amamantar a otras, como es el caso de animales domésticos como perros con gatos o algún otro ecuestre.
Pero el caso de hoy va mucho más allá, hablamos de una tigresa que durante algunos meses amamanto y cuido a una camada entera de cerditos. Una historia cuanto menos llamativa que va mucho más allá de cualquier otra que conozcamos, pues no olvidemos que en muchas ocasiones estas crías pueden servirles como comida en cautividad.
El deseo de ser madre
La historia se desarrolla en el Zoológico de California, cuando una tigresa se puso de parto. Durante meses había sufrido problemas en el embarazo y esto desarrollo que los pequeños nacieran prematuramente con un tamaño que dificultaba que pudieran salir a delante. Lo que hizo que aunque los cuidadores intentaran mantenerlos con vida, murieran poco después de su nacimiento.
Fue el momento en el que los cuidadores centraron su esfuerzo en la recuperación de esta felina, que aunque se recuperó pronto del parto, no tardó mucho en desarrollar comportamientos que dejaban ver síntomas de depresión debido a la perdida de sus cachorros. Algo que le afectaba hasta niveles de poner en peligro su salud.
Fue el momento en el que los miembros del zoológico rápidamente decidieron sustituir su camada perdida por algún otro cachorro de otra tigresa, ya que al ella cuidarle su estado mejoraría. Pero después de realizar distintas llamadas por todo el país no pudieron encontrar ningún cachorro de una edad similar para aliviar su luto.
Esto hizo que los veterinarios comenzaran a cuestionarse lo que ya en muchos zoológicos se ha experimentado, hacer que la madre adopte a una cría de una especie similar. Ya que él es tan grande el sentimiento maternal que acepta a los pequeños como propios.
El poder del amor
En su búsqueda de huérfanos solo pudieron encontrar a una camada de cerditos, los cuales también necesitaban de una madre. Aunque con alguna duda decidieron probar, pusieron a cada uno de ellos una especie de body fabricados con piel de tigre y los colocaron alrededor de la tigresa, esperando que ella no los rechazara o tuvieran un final fatídico.
Pronto la tigresa empezó a olerlos y lamerlos. Aceptándolos ante la mirada de todo el equipo del parque. De esta forma los crio como suyos amamantándolos hasta que estos fueron creciendo y poco a poco fueron separándolos de ella.
Un final feliz que nos hace ver la grandeza de estos animales.