Ya está el carnaval a la vuelta de la esquina, y como cualquier creador de contenidos que se precie de tal, periodista, político o profesional de la nada en general, tengo que aprovechar esta efeméride (como cualquier otra que aparezca en el horizonte calendaril) para hablar de lo que más nos gusta. De la combinación entre mascotas y carnaval sólo podía salir una cosa: mascotas disfrazadas.
Pocas cosas hay más típicas y tópicas que disfrazarse de animal. ¿Quién no ha sido alguna vez un perro, un gato, un gran felino, un gorila, una mariposa u otro insecto, algún pájaro…? ¿Y nuestros compañeros animales? Desde el amplio y maravilloso mundo del Do It Yourself (hazlo tú mismo) nos puede llegar, y de hecho han llegado desde siempre, cualquier disfraz alocado que la mente humana haya podido diseñar para sus animales. Aquí, el límite es el cielo.
Sin embargo, para disfrazar a nuestras mascotas, como a nosotros mismos, recurrimos cada vez más a los disfraces prefabricados. No creo que nadie se sorprenda si digo que existen colecciones de disfraces para nuestras mascotas. Es el caso de la tienda Puppy Angel, donde podrás vestir a tu perrito de calabaza, diablillo, muñeco e nieve, vaca u oso panda. ¿Vestir a un animal de otro? Inquietante…
Viste a tu perro de persona y a ti de perro. Ah, espera, eso ya se ha hecho…
Pero estamos aquí para dar ideas (que sean buenas ya es otra cosa). Si no nos convencen los disfraces de superhéroes para perros y gatos (los hay por lo menos de superman y batman), podemos pensar algo más original, la clave de todo buen disfraz. ¿Qué tal nuestro perro llevando una correa rígida de un perro ficticio? La revisión de un disfraz clásico, no puede fallar…
¿No? Bueno, dependiendo de la mascota que tengas podrás optar por incluirla en un disfraz dual. Por ejemplo, que tienes una constrictor, pues puedes salir de Cocodrilo Dundee con ella al cuello. Que tienes un conejo, pues de mago, evidente. Que tienes un escorpión venenosísimo, pues os quedáis los dos en casa a rumiar malignidades contra la Humanidad (que me parece bien, conste).
¿Tampoco? Entonces, tal vez quieras comprarle a tu mascota uno de esos gorritos ridículos en que se han especializado los japoneses y que valen para hacer el memo seas persona o animal. No pasar desapercibido es un leit motiv del carnaval por antonomasia. Así que poneos un gorro cada uno, echaos un matasuegras al bolso, contoneaos al ritmo de la charanga más próxima y a pasarlo bien!