Ya hemos hablado de la adopción de gatitos callejeros, pero hoy hablaremos de los cachorros nacidos en casa de humanos y que acaban en la calle. Desgraciadamente el verano es la época en la que muchas crías son abandonadas ya que sus mamás los tuvieron en primavera y los dueños no pueden hacerse cargo de ellas. Generalmente ya están destetados y como empiezan a comer pienso y son un poquito independientes los dueños los dejan en la calle para que se busquen la vida.
Suelen ser más confiados que los gatitos nacidos en la calle y más fáciles de domesticar ya que han convivido con humanos y por ello han aprendido algunas cosas como usar el arenero o aceptar comida. De todos modos, el cambio va a ser brusco para ellos ya que tienen que adaptarse a un nuevo hogar sin su mamá y sin sus hermanitos y tras haber pasado uno o varios días asustado en la calle.
Pasos previos
Lo primero que debes hacer es llevarlo a un veterinario que le hará un chequeo general para ver su estado de salud, le dará una pastillita para los parásitos internos y le limpiará de los externos. Planifica el calendario de vacunas y compra lo necesario para su alimentación y mantenimiento. No te asustes: no es caro para nada y menos ahora con tantas ofertas que hay por Internet.
Lo básico es un cesto (aunque te advierto que acabará durmiendo en donde le dé la real gana), una bandeja de arena, dos comederos (el agua es esencial, que tenga siempre mucha y muy limpia), un rascador, un cepillo, algún juguete y comida para gatos pequeños.
Recibimiento
El primer día tiene que estar en una habitación con la puerta entornada en la que hayamos puesto todo lo necesario para su mantenimiento (cuidando que el arenero esté lejos de la comida). Es así porque necesita un lugar en el que sentirse seguro, al que huir cuando algo le parezca peligroso y si no lo tiene, puede esconderse en cualquier lugar de la casa peligroso para él.
El segundo día puedes abrir la puerta y darle libertad para que deambule por la casa si lo desea y pueda regresar a su sitio si algo le asusta. Entiende que necesita inspeccionar la casa, encontrar su espacio y que estará asustado. Obsérvale con disimulo para que no se haga daño con nada pero no le agobies con mimos excesivos, movimientos bruscos, ni muestras de cariño apasionadas porque puede asustarse muchísimo.
Deja que sea él el que decida cuándo venir a ti. Cuando lo haga y se acerque acaríciale con suavidad, sin gestos bruscos y habla bajito y con ternura.
Si necesitas cogerlo en peso hazlo con cuidado, preferiblemente deslizando la mano abierta por debajo de su pechito y vientre, sujetando sus cuartos traseros con la otra por si hace un movimiento brusco. Una sola mano, no las dos, y nunca por la cabeza. Hay una manera de cogerle de la piel del cuello como hace su mamá, pero si no sabes hacerlo mejor déjalo estar porque podrías lastimarle.
Probablemente sea chiquitín, de unos dos a tres meses, así que necesitará dormir muchas horas en un ambiente tranquilo y relajado: el suyo, no el tuyo. Si decides dormir con él, asume que será para siempre, por lo que quitando el primer día (si te quedas más tranquilo vigilando su descanso), piensa seriamente en no ceder a sus maullidos las noches siguientes. Piensa en que con el tiempo saldrá al exterior y por muy limpio que lo tengas, subirá a tu cama y a la de los tuyos.
Peligros domésticos
En la casa de un humano hay trampas peligrosas para los gatitos y ellos son muy cotillas y quieren conocerlo todo. Ten cuidado al cerra la puerta de los los armarios, lavadora, nevera, cajones y cualquier escondite inimaginable que se te pueda pasar por la cabeza porque probablemente lo encuentres algún día en él. Y a tus pies, siempre mira a tus pies o volará una bolita peluda contigo detrás.
Cierra la tapa del wc, del cubo de basura, guarda a buen recaudo los productos tóxicos, quita de en medio los objetos pequeños que pueda tragarse, no dejes por el suelo bolsas de plástico ya que se asfixiaría con ellas, vigila las ventanas, tapa los enchufes, esconde los cables eléctricos y hazte con un listado de plantas tóxicas por si tienes alguna en tu casa (ciclamen, muérdago, glicina, rododendro, hiedra, azalea, ficus, etc)
Con el tiempo habrá dejado sus feromonas por toda la casa y la considerará su territorio. Ese será el momento en el que debas crearle los espacios separados que requiere todo gato y proceder a su educación.
Ya verás como te compensa la adopción: te querrá mucho durante toda la vida: y tú a él.