La dirofilariasis canina es una enfermedad muy seria causada por un parásito que llega al animal a través de picaduras de algunas especies de mosquito hembra. Si este mosquito pica a un perro infectado puede transmitir el parásito al siguiente animal del que se alimente.
Es una enfermedad que se descubrió por primera vez en perros, pero también pueden sufrirla los gatos e incluso los humanos, así como muchos animales salvajes. El parásito se instala en las arterias pulmonares y en su estado más avanzado termina desarrollándose en el corazón. Como una vez que las larvas crecen se convierten en gusanos, se le conoce como enfermedad del gusano del corazón.
Síntomas de la enfermedad del gusano del corazón
Por desgracia es una enfermedad que no suele presentar síntomas hasta que ya ha causado lesiones o hasta que el animal muere de una parada cardíaca causada por los gusanos. Por eso es muy importante llevar a las mascotas a realizar sus reconocimientos anuales. En las zonas dónde este problema es endémico el veterinario debe de saberlo y observar si nuestra mascota puede presentar síntomas.
Si nos desplazamos a vivir a otra zona debemos de informar al nuevo veterinario del lugar de dónde procedemos por si este fuera una zona dónde abunda el parásito, para que lo tenga en cuenta en la revisión.
Además de al corazón puede afectar a otros órganos internos. Normalmente cuándo se manifiestan estas lesiones es cuándo se descubre la enfermedad en el animal. Pero pueden tardar en aparecer más de un año y ser ya serios cuándo por fin se muestran. Si tu perro o gato muestran inapetencia, cansancio exagerado, síncopes, hemorragias nasales o pierde peso sin motivo, llévalo a una revisión.
Tratamiento para la dirofilariasis canina
Por suerte, aunque se trata de un parásito muy peligroso, si se descubre a tiempo se puede curar y hay un porcentaje muy elevado de éxito al tratar este gusano. Incluso cuando ya se encuentran vermes en las venas y el corazón es posible operar al animal para librarlo del mortal inquilino. Generalmente el problema no es eliminar la enfermedad, sino los daños que ya haya podido causar en los órganos internos.
La prevención es muy importante. Si vives en una zona dónde hay riesgo de que tu mascota se contagie o sueles desplazarte con frecuencia, consulta con tu veterinario los tratamientos preventivos que puedes usar. Algunos de ellos son tan fáciles de aplicar como una pipeta de las que normalmente usamos para prevenir las pulgas.