Si un gato se rasca demasiado o comienza a perder pelo por algunas zonas puede deberse a diversos factores. El estrés puede hacer que tu gato se lama o se rasque hasta que su pelo caiga o se produzcan heridas.
Pero antes de comenzar a plantearse que pueda deberse a un desorden nervioso debemos de asegurarnos que no tienen ningún parásito que esté causando los problemas o algún hongo que le esté provocando tiña o dermatitis.
Parásitos más habituales en la piel de los gatos
Pulgas: El más común de los parásitos en perros y gatos. Las pulgas pueden dar muchos problemas sobre todo si el animal es alérgico a sus picaduras y sufre de ronchas y picazón intenso. Se rascan a menudo y son fáciles de ver sobre todo en la zona superior de los ojos, hacia las orejas. Ahí los gatos tienen poco pelo y se pueden ver bien las pulgas. En la tripa, si se deja mirar, también es un sitio ideal para detectarlas. Son fáciles de combatir con pipetas, pero si han anidado en casa, especialmente en suelos de madera, puede ser que se repitan hasta que consigamos acabar con los nidos.
Garrapatas: Aunque es falsa la creencia de que si arrancamos una garrapata la cabeza puede quedar dentro de la piel del animal y continuar creciendo, es verdad que es algo complicado soltar a este parásito. Lo mejor es utilizar unas pinzas con las que sujetaremos al parásito lo más cerca posible de la piel, ya que ahí está la boca con la que se han adherido y girar en el sentido contrario a las agujas del reloj. Cuándo la garrapata se engancha en la piel lo hace en el sentido de las agujas, así que de este modo es más fácil conseguir que se suelte. Jamás aprietes al ácaro, pues podría pasar sangre contaminada al animal (o a ti si te han pasado una tus gatines) y causar una buena infección.
Piojos y liendres: Los gatos pueden tener piojos, aunque no son del mismo tipo que los que habitan en la cabeza humana, así que ni el gato se contagiará de los que tú puedas tener ni tú de los que el animal traiga a casa. Son muy fáciles de tratar, al igual que en las personas y solo requieren de una loción y mucha paciencia. Si el peludo permite que se le bañe todo será mucho más rápido.
Ácaro de la sarna: Hay diferentes tipos de sarna, algunos de los cuales pueden ser contagiados a las personas. Se trata de un ácaro que se introduce bajo la piel del animal y produce un intenso picor. Debe de ser tratado por un veterinario, ya que dependiendo del ácaro al que nos enfrentemos tendremos que usar métodos muy diferentes.
Trombiculosis felina: Se trata de un ácaro que causa granos de color anaranjado en la piel de gato. Causa mucho picor y es más frecuente en la zona de las orejas. Debe de tratarse por un veterinario.
Miasis: Es una larva de una mosca más típica de climas tropicales que del clima español pero que puede darse también en nuestro país en verano. La larva se introduce bajo la piel y crea una úlcera que puede llegar a ser de gran tamaño. En casos graves puede infectar órganos genitales, intestinos y otras mucosas. Es contagioso al hombre y necesita de tratamiento rápido.
Cuterebras: Son larvas de moscas sin patas. Forman una especie de forúnculo con un agujero en el centro por el que respira. Son bastante grandes y jamás se deben de apretar para que salga la larva, ya que de romperse puede causar una infección muy peligrosa. Si se detectan estos bultos hay que acudir al veterinario a por una solución.
Hongos más frecuentes en los gatos
Las micosis son muy comunes en gatos y muy difícil de diferenciar unos hongos de otros para los que no somos expertos en veterinaria. Ante cualquier síntoma que pueda indicar hongos, acude al veterinario y actúa rápido ya que muchos son contagiosos para los humanos y aunque no suelen ser peligrosos si son bastante trabajosos de quitar, sobre todo cuándo hay varios animales en la casa. Generalmente se conoce a estas infecciones como tiña.
Microsporum canis : Es el principal responsable de micosis en perros y gatos. Es tan común que incluso muchos gatos asintomáticos lo portan y lo contagian.
Microsporum gypseum: Es la famosa tiña que se le pone a muchos gatos en la cabeza y que se caracteriza por perder pelo en principio en una zona pequeña y redonda como una moneda.
Trichophyton mentagrophytes: es más común en perros y conejos pero también afecta a nuestros felinos. Puede causar prúrito.
Estos tres son los hongos más comunes, pero los gatos pueden sufrir de otro tipo de infecciones sicóticas, como la candidiasis, del mismo tipo que la que sufren las personas en los órganos genitales o la boca.