Hay personas que optan por tener como mascota un reptil, ya sea una serpiente, iguana, camaleón, salamandra… estos animales se consideran exóticos y para poderlos tener es necesario cumplir con la normativa y esto no siempre sucede por lo que en ocasiones se encuentran abandonados estos reptiles. Sí decidimos tener un reptil en nuestro hogar deberemos tener en cuenta su temperatura, estos animales son ectodérmicos o lo que es lo mismo animales de sangre fría que necesitan de lo externo para regular su temperatura. En su hábitat estos animales se colocan en lugares donde da el sol, en el momento en el que necesitan reducir la temperatura se meten en el agua o se van a un lugar donde dé la sombra.
En nuestra casa es más complicado por lo que en el terrario necesitarán una lámpara que desprenda suficiente calor para subir la temperatura a estos animales. Cuando decidimos sacarles del terrario deberán tener un lugar donde puedan acceder al calor y otro de sombra donde puedan bajar la temperatura.
Es importante que tengan la temperatura adecuada porque si no la logran no podrán hacer procesos básicos como es el de alimentarse de lo contrario nos daremos cuenta de que no lo estamos haciendo correctamente porque su piel se oscurecerá volviéndose negra enfermará y podrá llegar incluso a morir. En su hábitat tienen todas sus necesidades cubiertas, en casa tendremos que reproducir ese hábitat para ello deberemos de invertir dinero en la compra de un terrario adecuado a sus dimensiones y de las lamparas de luz y calor y de solo calor.
Los periodos de los reptiles son de 12/12 es decir 12 horas al calor y 12 horas más tranquilamente aunque se mantendrá en una zona la temperatura elevada por sí lo necesitarán.
Sí se produce un corte electrico en nuestro hogar que hace que no tengamos luz durante varias horas, tendremos que intervenir para que nuestra mascota no pierda el calor para ello le colocaremos dentro del terrario una botella con agua caliente, puede suceder que cuando nos damos cuenta ya ha perdido toda la temperatura, para lograr que se recupere tendremos que cogerla del terrario y prepararla un baño de agua a 21 grados y sumergirla sin que la toque la cabeza, después de un rato normalmente cuando veamos que recupera su color original la sacaremos del agua y la secaremos con una toalla tibia, la introduciremos de nuevo en el terrario y la iremos subiendo gradualmente la temperatura.