Los gatos independientemente que sean adultos o cachorros tienen ciertas similitudes con el ser humano en sus hábitos alimenticios, igual que los niños unos son más fáciles de complacer y lograr que se lo coman todo, otros por el contrario darles de comer supone una dificultad y una lucha en cada comida para que ingieran algo. Cuando llegan a la edad adulta es posible que sigan poniendo dificultades pero por lo menos sabemos que algo comen porque han crecido y están sanos.
Antes de comenzar con la comida que debemos de suministrar a nuestro persa deberemos saber que tipo de alimentación necesita y como es esta en su hábitat. Debemos de saber que los gatos son carnívoros y que por lo tanto se alimentan de carne, ésta en la vida silvestre la consiguen a través de la caza de otros animales como roedores, pájaros y peces. Por lo tanto se puede establecer que el sistema digestivo de los felinos esta capacitado para sintetizas y asimilar las proteínas mientras que les resulta muy difícil digerir las hortalizas y verduras, este tipo de alimentos para poderlos consumir y que no les hagan daños es necesario hervirlos.
En su vida salvaje los gatos, son capaces de comerse todas las partes del cuerpo que compone la presa, lo único que evita son los huesos de gran tamaño por su imposibilidad para digerirlos.
Esta dieta es rica en proteínas pero también le proporciona hidratos de carbono, grasas y vitaminas además de conseguir todos los nutrientes es necesario que el gato se hidrate con agua, todo ello dará como resultado una dieta equilibrada.
Hoy en día la cantidad de alimentos existentes en las tiendas especializadas en animales es inmensa, y podremos decidir entre la gran variedad que se pone a nuestra disposición, en cada paquete o lata viene detallado los ingredientes que contiene. Entre los alimentos que encontramos esta la alimentación seca y la húmeda. Entre las dos optaremos la mayoría de las ocasiones por la alimentación seca y de vez en cuando le podremos introducir la húmeda como premio o como comida especial.
La diferencia entre las dos alimentaciones se basa en que la húmeda tiene más grasa y es necesario comerla en cuanto se la ponemos a su disposición, porque sino se va secando y se pone mala. La alimentación seca es más cómoda porque no tendremos que estar pendientes porque no caduca por estar en el comedero y ayuda a que el animal ejercite la mandibula y desgaste los dientes.
Debemos tener presente que en función de la alimentación que suministremos a nuestra mascota, la necesidad de agua va a ser mayor o menor. Sí se alimenta con húmeda no necesitará excesivo agua porque lo contiene el alimento pero sí es seca sí y deberemos estar pendiente del recipiente para que este siempre contenga agua.