Los dientes de nuestros perros y gatos deben de ser cuidados con todo el mimo y cuidado que podamos a fin de evitar problemas mayores. Lo ideal sería poder prevenir los problemas de infecciones y gingivitis mediante el cepillado diario. Pero en muchos casos es imposible acostumbrar a nuestra mascota a estos hábitos, sobre todo si llega a nuestra vida siendo ya adulto.
Si podemos, una buena forma de limpiar sus dientes es usando una gasa envuelta en el dedo y un colutorio apto para ellos. Como parte de un juego y de caricias podemos intentar pasar la gasa por las piezas dentales para arrastrar los posibles restos de comida.
Comida seca y golosinas que ayuden
Para los que no se dejen lavar los dientes, que serán la mayoría, se recomienda que la comida sea principalmente seca, ya que esta les ayudará a mantener la dentadura mejor más tiempo. También son recomendables los huesos y galletitas para ayudar a limpiar los dientes. Estos son en general secos y algo duros para que el diente penetre a fondo y “rasquen” los posibles depósitos de placa.
Una comida que les gusta mucho a perros y gatos y que ayuda a que limpien sus dientes por sus características especiales son las traqueas de ternera. Pídela a tu carnicero a ver si puede conseguirla y cuécela en pedacitos pequeños. Suele gustar muchísimo incluso a animales no acostumbrados a la comida natural y los cartílagos que tiene resultan ideales para la limpieza de la boca.
Si no encuentras tráquea, el rabo de vaca también es muy útil para esta función y es más sencillo de encontrar, aunque más caro también.
Y si ya hay gingivitis, acude al veterinario
Si notas que el aliento de tu mascota huele especialmente mal, que le cuesta trabajo comer o que lo hace solo de un lado de la boca, puede ser que tenga algún problema con sus dientes o encías. Intenta revisárselas con cuidado y si ves que están rojas o sangran acude al veterinario.
En tu clínica de confianza el veterinario le revisará la boca y valorará si es necesario hacer una limpieza para quitar el sarro y la placa. Si no se hace así éste puede inflamar la encía y causar gingivitis y, en casos más graves, retraer la encía y causar que las piezas aflojen.
Además un exceso de bacterias en la boca puede acabar causando otras enfermedades al animal al pasar al resto de su cuerpo al ser tragadas con la saliva.