Por si hay alguna persona perdida con el título, estamos hablando de esas épocas de hormonas y maullidos que hacen imposible dormir no sólo a los dueños de las felinas, sino a todo un bloque. Dan ganas de salir a buscarles un persa limpio y lisonjeado y que acabe se sufrimiento.
Pero antes de tomar esa decisión, has de saber algunas cosas:
¿Qué características tienen estos días?
Para empezar recordaremos que el celo es la disposición sexual de las hembras mamíferas. En este caso las gatas tienen su primer celo en la pubertad, que suele ser a los ocho o diez meses. Las distintas razas también condicionan, ya que las gatas de pelo corto llegan antes a la pubertad que las de pelo largo. A partir de este momento, el animal ya es fértil.
Se identifica la aparición por el comportamiento: Maúlla mucho, se frota en todas partes, se pone rígida al acariciarla, el lomo hundido y cola espigada. Y sobre todo está especialmente cariñosa y constantemente llamando nuestra atención.
Habitualmente, en primaver
Aunque normalmente ocurre en la primavera, otros factores condicionan. Como son la presencia de un gato macho o que estén dentro o fuera de casa. Esto es porque muchas veces, al tener gatas en el interior de nuestro hogar, hacen que se confundan horas de luz y estaciones del año con la calefacción. Estos dos factores verán alterado el ciclo de celo.
Suele ser en primavera y tener celo cada dos o tres semanas, a diferencia de las perras que solo tienen uno. También se diferencia en que las gatas no manchan con su sangrado, lo que te alegrara si las tienes en casa.
¿Es cierto que…?
Aunque hayas oído decir que se recomienda que las gatas tengan al menos una camada para completar su vida adulta o evitar tumores o enfermedades relacionadas a su aparato reproductor, esto no es cierto. Es más, si se castra habrá muchísimos menos riesgos de desarrollar tumores.
Y si queremos que nuestra gata críe, debemos esperar varios celos, lo que garantizará que llegue a ser adulta.
¿Cómo ayudarlas?
Durante el celo las gatas sufren, y más si están en pisos o interiores, ya que su instinto es irse de parranda a buscar un macho. Lo mejor que puedes hacer por ella es, si no quieres más gatos, castración química. Además de los beneficios saludables para ella, evitarás un descontrol de reproducción animal. Aunque se crea, la castración no produce ningún tipo de trauma en los animales, es más, les ayuda a no sufrir, como en este caso.
Si eso no te convence, puedes pedir información a tu veterinario sobre pastillas o inyecciones.
Tu gata de lo agradecerá y tus vecinos ni te cuento…