Con esta petición empiezan muchas de las cartas que estos días dirigen los niños a los Reyes Magos. Nada más inocente y tierno que conlleva muchos problemas si los padres no han pensado bien en la responsabilidad y trabajo que tiene hacerse cargo de un perro.
Ya sabemos que decirle “no” a nuestros niños es algo que les partirá el alma y que acarreará lloros y peticiones cada vez más intensas acompañadas de pucheros que nos partirán el alma a nosotros, pero decirle que sí por no pasar por todo lo anterior es un error.