Por muy bárbaro que nos parezca, la amputación de unas de las extremidades del caballo por una infección en sus pezuñas o la rotura y crónica cojera que derivaba es una condena directa a la muerte para el animal. Puede parecernos algo salvaje, pero si lo pensamos, un caballo no puede vivir amputado, ya que su vida se paraliza también. Por lo cual se considera esta muerte algo digno y signo de humanidad hacia el animal.
Por suerte hay personas como Ted Valhos. Un hombre que ya ha salvado la vida a varios caballos, realizando prótesis especiales para ellos que se adaptan al animal dándole así la calidad de vida, si no igual, pues no puede ser, si como ser independiente.
Sammy ahora tiene otra oportunidad
En la foto podemos conocer a Sammy, una yegua negra que tuvo que ser intervenida y posterior mente amputada de su pata trasera debido a una infección que sufría y que ponía en peligro su vida.
Por suerte el destino de Sammy iba a cambiar, y no solo el suyo, ya que gracias al experimento de Ted Vlahos, veterinario norteamericano que ejerce en el estado de Wyoming y a su equipo en el Sheridan Equine Hospital junto con el Codu equine Hospital, pudieron llevar a cabo esta intervención. Algo en lo que llevan trabajando casi 4 décadas.
Aunque no ha sido el primer caso de este tipo de operación y, a su vez, de prótesis en un caballo, si ha servido para que se empiecen a modificar los protocolos de acción en estos animales. Esperemos que pronto se extienda a todo el mundo, pudiendo dar otra oportunidad a muchos más equinos.
¿Cómo funciona?
El sistema es algo diferente al de una prótesis de humana. La mayor distancia es que en la del animal la prolongación primero se mantendrá fija por unos clavos al hueso. Esto consigue que en animal pueda apoyar todo su peso en esta pata sin que sufra el muñón, mientras dure el proceso de curación de este, que será algo más de un mes. Trascurrido este tiempo se le retira y se coloca directamente sobre el muñón, el cual ya estar cicatrizado.
Calidad de vida para un caballo con prótesis
Ya varios caballos han probado convivir con este extraño cuerpo como parte del suyo, y no se conocen aun casos en los que el animal la rechace o sienta algún tipo de depresión. Por lo cual, aunque no vuelva a cabalgar como antes y no podamos nunca montarnos en él, pues puedes no debemos darle más peso. El caballo vive los años que le quedan en sociedad.
De momento es decisión de los propietarios darles esta oportunidad o, por el contrario, acabar con sus vidas. Así que es ya cuestión de la conciencia de cada uno.