Tener un caballo en nuestras vidas puede ser algo muy beneficioso para nosotros. Y no lo decimos solo en el sentido estricto de lo que un caballo nos puede ofrecer como mascota, sino porque gracias a los caballos podemos llevar a cabo varias terapias diferentes que tienen sus propios beneficios en pacientes y enfermos de diferente tipo.
En el caso de la equinoterapia, los pacientes con algún tipo de impedimento físico o mental leve puede guiar y cuidar del caballo durante la terapia, mientras que con la hipoterapia se tratan algunos tipos de dolencias más graves, por lo que el paciente permanecerá sentado sobre el caballo, que será guiado por otra persona. Gracias a estas dos terapias se pueden mejorar algunas dolencias tanto físicas como mentales, así como el miedo y la angustia y otros tipos de problemas como los trastornos alimenticios o los diferentes tipos de depresión.