Parece ser que está muy de moda adoptar mascotas exóticas como animales de compañía. He de reconocer que siempre que me hablan de esta elección pienso en serpientes, iguanas, peces raros o como mucho ardillas, que vale, pueden ser que sean comunes en cualquier bosque, pero de por sí ya me parece una elección algo excéntrica.
Pues bien, no es nada nuevo que os diga lo anticuada que me he vuelto por no estar al día. Pero más me sentí cuando me dijeron que ahora son los lémures los preferidos de muchos dueños. Un animal que viaja a nuestro país desde el mismo Madagascar y que, gracias a la película con el mismo título, conocemos todos.
De primate a primate
Pues sí, el Lémur es nuestro primo, lejano, pero familia que vive en el paradisíaco Madagascar. Muchos lo clasifican en los prosimios, el grupo de simios más antiguos. El cual es característico por su cola anillada y grande de color blanca y negra y sus grandes ojos, ya que hace vida nocturna (ahí llega el parecido con la mitad de los humanos…). Aunque también tiene costumbres diurnas y le gusta tomar el sol (y ahí con la otra mitad de nosotros).
Qué saber del lémur antes de ser tu mascota
Ante todo te avisamos de que cualquier especie de lémur está considerada en peligro de extinción y la culpa es nuestra, pues viven en los árboles que nos hemos cargado con deforestaciones o directamente cazándolos.
Debes saber que tener uno de estos animales tiene unas responsabilidades extras además de cualquier otra mascota. Lo principal es que para poder tener uno primero necesitas un permiso, tanto para acceder al animal como para la zona donde vives. Es importante saber el lugar de donde viene, por ello procura que haya nacido en cautiverio, pues si no nunca se adaptará a su nueva habita y entorno.
El lémur vive en colonias, por lo que es un animal social. Siendo aconsejable tener más de uno. Sorprendentemente el macho es más dócil que la hembra, por lo cual es más sencillo de educar. Aunque al llegar a la edad adulta se suele agriar un poco el carácter, son unos animales con un carácter bueno. Siempre está dispuesto a jugar y por ello hay que dedicarle varias horas al día a la diversión.
Recuerda también que estos animales no son un capricho, son seres vivos y como tal tienes que asumir una responsabilidad y respeto hacia ellos. Por eso, como siempre solemos expresaros, infórmate bien antes con expertos tanto en tiendas como centros veterinarios y madura bien tu decisión.