Del ¡aaagh! ¡Qué asco!, al ¡anda, mira qué monada!, hay sólo un paso, a veces, caprichoso; otras marcado por un sano temor; y otras porque ese sano temor debió existir hace mucho tiempo, pero que ahora no tiene por qué ser así.
A caballo entre el primer y el tercer paso se encuentra la rata, ya que en estado salvaje es transmisora de una buena cantidad de enfermedades y, en tiempos, algunas como la peste bubónica, mortales.
Pero, hoy por hoy, convenientemente cuidada, la rata supone una mascota fenomenal. De hecho, es más agradecida que la mayoría de los roedores, hámster incluido: los cuidados son más o menos los mismos que los que requeriría cualquier roedor, con la ventaja de que la rata es más inteligente que la media de sus “primos” y que aprende a reconocer la mano que la alienta, dejándose incluso amaestrar y aprendiendo a atender a su nombre.
Una buena vecina que no es remilgada con la comida
Excelente nadadora, escaladora y saltadora, es capaz de aprender incluso de las experiencias de sus compañeros, con los que raramente tendrá problemas, habida cuenta de que son animales acostumbrados a la vida en comunidad. Una vida que por cierto, ronda los dos años y medio.
En cuanto a la alimentación de las ratas, éstas son omnívoras (comen de todo), de forma que no tienes más que hacerte con pienso para roedores, de venta en cualquier tienda de mascotas. Puedes redondear la dieta con un poco de pollo cocido, pienso para perros o gatos, comida en lata, verdura y fruta. Efectivamente, no le hace ascos a nada.
Qué necesita para estar cómoda
La rata no es demasiado exigente, de modo que le bastará con que la jaula de barrotes o cristal, ronde los 60×40 centímetros tenga una tapa bien ajusta para evitarla tentación de escaparse y, de ser la jaula de cristal, que la tapa sea de rejilla, para que tenga buena ventilación. Si es una jaula de barrotes, que éstos estén muy juntos porque si no podría hacerse daño en las patas.
Dentro de la jaula, ponle un caja-nido de madera, ladrillo o cartón; serrín que no sea de pino o bien tiras de papel de periódico y objetos que le permitan escalar, arañar y roer. Dicho esto, mantén la jaula limpia y alejada de las corrientes de aire, pues la piel y los pulmones son los puntos débiles de esta mascota.
Para terminar, añadiremos que es raro que una rata muerda a nadie, pero precisa estar con su cuidador al menos una hora al día. Si no puede ser, no tengas una rata solo se volvería huraña. Si quieres cogerla, agárrala por la base de la cola y deposítala en la otra mano