La convivencia entre un perro y un gato

A la hora de establecer una convivencia entre estas dos especies, debemos tener presente que ambas son predadoras, es decir que cazan para alimentarse. Todos hemos visto algún gato detrás de un pájaro o de una mosca, intentándoles coger, aunque el felino estuviera en una casa con todas las necesidades alimentarias cubiertas, esto no es más que una respuesta a sus impulsos. Estos impulsos de cazador de los canes y los felinos se pueden controlar y reducir a través de una buena socialización y poniendo a su disposición juguetes que hagan que esas respuestas instintivas cazadoras queden satisfechas.

La convivencia entre dos cachorros es mucho más sencilla, ya que ninguno de los dos tienen adquirido un rol dentro de la casa y durante los primeros meses de vida se adaptan mejor a los cambios y a las novedades.

El introducir un perro cachorro en un hogar donde ya existe un gato adulto, se debe realizar con precaución y analizando cuáles son las reacciones de nuestro gato con respecto a otros animales más grandes que él. Las respuestas más típicas son:

  • El gato pasa del perro, sigue haciendo su vida, sin tener en cuenta al perro.
  • Nuestro felino reacciona mal y se pone a bufar y a gruñir.
  • Otra reacción es que tienda a esconderse para evitar cruzarse con el perro.

 Iniciaremos la convivencia introduciendo al cachorro dentro de un transporting o sujetándolo nosotros en brazos, para saber cuál de las tres reacciones tiene el gato. Su reacción va a depender de la socialización que haya tenido y el rol que desempeñe en casa, si actúa como líder hay que hacerle ver que va a seguir siéndolo. Si hay un intento de ataque inmediatamente los separaremos y lo intentaremos en otro momento. El gato también puede tener una actitud curiosa acercándose a olfatear y a olisquear y en esa situación les dejaremos porque es su forma de relacionarse y conocerse.

Les observaremos, no les dejaremos nunca solos y si tenemos que salir de casa les dejaremos en habitaciones separadas.

Es importante que cada uno tenga su independencia en el alimento y en el descanso. Es decir cada uno debe tener su comedero y su bebedero porque sino pueden empezar los conflictos por el alimento. También es necesario que cada uno tenga su sitio de descanso.

Cuando existan interacciones positivas, debemos premiarlos justo en el momento en que se estén produciendo, para que asocien la situación a un beneficio y se reproduzca en el tiempo. En un principio el refuerzo positivo será una golosina, con el tiempo se puede sustituir con un refuerzo social como por ejemplo una caricia.

La integración de un perro en una casa que ya habita un gato, debe ser tranquila, sin imponer ni forzar la situación, porque eso sólo puede tener como resultado problemas. Es necesario que tengamos paciencia y respetemos el ritmo de adaptación de cada uno.

¿Qué es una mascota?

Todos nos referimos a determinados animales como mascotas o animales de compañía pero deberíamos de especificar este concepto para aquellos que no lo tienen claro y utilizan a estos animales con fines poco adecuados. Sí miramos la wikipedia, enciclopedia libre de internet donde todo el mundo puede colaborar y completar conceptos, define mascota como animal que no es utilizado para el alimento ni tampoco es usado para fines laborales.
El término mascota proviene del latín mascoto que se define como talismán, este concepto con el tiempo se fue aplicando no solo a los animales sino también a los seres humanos y venía decir aquel ser vivo que traía fortuna.
Después de todos estos conceptos podemos definir animal de compañía aquel que se cría y vive con la personas con la finalidad de ser feliz y hacer un poco más feliz a las personas que le rodean. El tener animales de compañía no es propio de una sociedad en concreto sino que abarcan a multitud de ellas y el fenómeno social que se produce a la hora de acoger a un animal en casa es bastante antiguo.
En la mayoría de las partes del mundo los animales elegido prioritariamente como mascotas son el perro y el gato, el ser humano ha intervenido en su evolución haciendo que la cría fuera selectiva es decir, que solo procrearan aquellos que cumplían una función específica en la vida humana. Cada vez es más habitual que haya otros animales, considerados mascotas que hace décadas no se podía imaginar, como es el caso del conejo, la cobaya, los hurones, las tortugas e incluso cerdos vietnamitas.
El origen de la mascota lo hemos datado de antiguo, concretamente al inicio de la prehistoria es cuando se comienza a domesticar determinados animales. En el caso de los perros comenzó cuando el hombre empezó a ser sedentario y compartía territorio con los lobos, los perros descienden directamente de los lobos, y fueron adoptados por los hombre los débiles para que les sirvieran en la caza y en la protección principalmente. En el caso de los gatos fueron utilizados para cazar y mantener los cultivos, y almacenaje de víveres limpio de ratas y otros animales.
La única mascota que se mantiene como en el origen es el caballo, no se le ha cambiado su morfología, pero también se nota la mano humana teniendo en cuenta que son adiestrados para conseguir que sean dóciles con los humanos.
Todos los animales de compañía han sido escogidos por el hombre para convivir en armonía por lo que cuando decidamos tener una mascota dediquémonos a cuidarla y a darla lo que necesita, cuidados, afecto y ejercicio. Nunca les dañaremos.