He tenido varias amigas que han tenido un perro de la raza cocker. Nunca me han dejado tocarlo alegando que tenía un carácter difícil debido a que se vuelven loco porque su cabeza no crecía apenas al crecer pero su cerebro sí.
Siempre he pensado que esto era una leyenda urbana y que lo que pasaba es que sus dueñas no tenían una buena disciplina hacia el perro. Que les consentían mucho o que justo ese perro tenía un carácter imposible. Pero ahora resulta que he estado equivocada toda la vida.
Muchos son los dueños que se enamoran de estos perros tras esa mirada tierna, aspecto de peluche que lo hace enternecedor. Pero el cocker esconde un carácter muy marcado y fuerte. El cual necesita de una gran disciplina ya que pueden terminar siendo muy agresivos.
Estudio sobre la agresividad
Se calcula que el 3´5% de los perros en España son de la raza cocker. Un estudio de la Clínica de Etología del Hospital Veterinario de la Universidad Autónoma de Barcelona indica que el 15% de las consultas que se hacían a estos perros era debido a comportamientos agresivos por cocker.
Los motivos que conducían a este comportamiento se desconocían, hasta que en esta investigación resolvieron el misterio. Esta agresividad está motivada por los niveles de serotonina: en el sistema nervioso central se cree que la serotonina afecta a partes importantes de nuestra personalidad. La inhibición, la iré, la agresividad, el humor, el sueño…
De hecho, se conoce esta supuesta locura como “el síndrome del cocker rojo”, se llama así porque se da sobre todo en cocker de este color. Caracterizado por cambios repentinos de carácter. Con niveles de agresividad que los hacen verdaderos monstruos, pero después vuelven a la normalidad.
Desde pequeños empezar con la disciplina
Se recomienda que si se quiere tener un cocker desde el principio fundamentes tu educación en ejercicio, cariño y disciplina.
Son perros con muy vivaces, enérgicos, juguetones e inteligentes. Necesitan, como todos los perros, mucha actividad. En este caso con un plus, que es intentar cansarles para que sus niveles de agresividad bajen y creen más endorfinas que los hagan más dulces.
Está claro que aunque nuestro perro tenga un problema de comportamiento, digámoslo así, de serie. Desde pequeños tenemos que intentar controlarlos y educarlos correctamente. Evitar que nos de pena regañarlos con la máscara de criaturas tiernas que poseen.
Hay veterinarios que recomiendan en casos desmadrados poder medicar al perro mediante Prozac. Sería un tratamiento positivo siempre y cuando el motivo de agresividad sea por serotonina.
Solo nos queda la paciencia y cariño para poder lidiar con un problema que, hay que dar gracias, se aclara que no era culpa de muchos de sus dueños, sino de la naturaleza del perro. Algo que aunque llega tarde para algunos, debería aliviarte.