Batracios en nuestros terrarios

Los anfibios (ranas, sapos, tritones y salamandras) son animales muy curiosos que dan grandes satisfacciones a los aficionados. Desgraciadamente, estos aficionados suelen saltar a la palestra como consecuencia de liberaciones incontroladas de especies exóticas que provocan la gravísima alteración de nuestros ecosistemas. A esa gente la soltaba yo desnuda en medio de la sabana africana, a ver si también eran capaces de alterar aquel ecosistema…

Para evitar estos hechos son fundamentales dos posturas. La primera, de una total responsabilidad para con nuestras decisiones. Debemos pensarnos muy bien adquirir una especie exótica, y una vez decidido, debemos apechugar con las consecuencias y ocuparnos de ese animal, que no tiene culpa ninguna, mientras viva. En casos de fuerza mayor, existen asociaciones que se encargan de recoger a estos animales.

rana
Una de la familia Dendrobates, mortales de necesidad

La segunda es una simple cuestión práctica: las especies exóticas no deben estar en semilibertad. Si tenemos un estanque en nuestro jardín podremos llenarlo de ranas y otros anfibios autóctonos, pero no de especies exóticas; porque, o no sobrevivirán a las condiciones ambientales, o proliferarán en demasía, diezmando a las especies nativas y provocando un desequilibrio grave en la cadena trófica, como ocurre en España con el sapo toro, por ejemplo.

Cada uno en su casa y Gustavo en la de todos

Así que, por favor, mantengamos a nuestros anfibios exóticos en sus terrarios, y acondicionemos estos terrarios de acuerdo a sus necesidades. Para ello deberemos tener en cuenta las necesidades de las especies que queramos introducir y la compatibilidad de esas especies: los anfibios pueden ser muy territoriales y agresivos con sus congéneres y con otras especies, sobre todo en épocas de apareamiento. Tengámoslo en cuenta desde el principio…

Espacio, temperatura, humedad y luz son los factores principales a tomar en consideración. Si la rana es arborícola deberá ser un terrario vertical, y normalmente deberá ser semihúmedo, es decir, tener zonas de agua y zonas secas. Jugaremos con mantas térmicas y fluorescentes para conseguir el ambiente idóneo. La vegetación también es importante: mantiene la humedad, da intimidad y facilita la alimentación y procreación de nuestras ranas.

La selección de especies es ya una cuestión muy particular que deberá ir sujeta a las compatibilidades entre especies. En cuanto a especies exóticas se refiere hay mucho donde elegir, aunque la gente suele inclinarse por la ya clásica rana de ojos rojos (Agalychnis callidryas), fácil de mantener y muy vistosa. Otras especies de colorido increíble son las de las familias Litoria e Hyperolius. Infórmate con tu vendedor de confianza.