Existen muchas ocasiones en las que no nos queda otro remedio que montar a nuestra mascota en el coche pero no le gusta, evita que le subas o cuando ya has conseguido que este dentro se pone muy nervioso, poniéndose a ladrar o hacer otras cosas que nos pueden poner nerviosos mientras conducimos y provocar un accidente, aquí vamos a establecer algunas líneas de actuación para lograr que al perro le guste el coche y no le vea como una tortura.
Antes de meter al perro en el coche debemos dedicir como lo vamos a transportar, es decir va a estar en el asiento de atrás o vamos a meterlo en el maletero sin bandeja para que pueda asomar la cabeza. Después de tomar esta decisión pasaremos a la siguiente compramos un cinto específico para él o vamos a usar un transporting. Todas estas cuestiones hay que responderlas antes de meter a nuestro cánido en el coche.
Voy a comenzar por el asiento de atrás, tenemos dos opciones, la primera colocarnos delante del coche, nuestra mascota agarrada con la correa y decirla que suba, al principio puede costar un poco pero es posible que lo consigamos sin utilizar premios, sino pues usaremos su olfato para conseguirlo, le dejaremos oler una golosina o una salchicha algo que le guste y se lo colocaremos dentro, seguro que va a por ella. Una vez dentro le dejaremos tiempos cortos al principio, y le dejaremos comer un premio, para que relacione coche igual a vivencia positiva.
Sí no logramos que con el premio suba al coche, otra opción que tenemos es cansarle, ir a dar un paseo largo que le agote, y volver al coche, una vez ahí le enseñaremos el agua que es lo que en ese momento necesita y se lo dejaremos en el asiento de atrás o en el maletero, donde hayáis elegido. Para él, el agua en ese momento es una necesidad urgente por lo que no pondrá pegas y subirá.
Después de unos días dándole premio y dejando el coche en estático, pasaremos a la fase de comenzar a movernos con el coche, daremos paseos cortos para que poco a poco se vaya habituando.
Hay personas que le abren las ventanillas a tope, para que le de el aíre y pueda oler, cuidado con esto, los oídos de los perros son mucho más sensibles que los nuestros por lo que el ruido le puede hacer daño.
Con respecto al transportin hay que proceder igual, que cuando se suba al asiento de atrás. Hay que ser pacientes y constantes y lograremos que nuestro perro disfrute de los viajes en coche.