La raza San Bernardo

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El San Bernardo es un perro conocido tanto por su gran tamaño físico como por el de su corazón. Este noble animal es famoso por sus numerosos rescates a montañeros extraviados, llevando en el cuello un barril de coñac con el que los salvados calentaban su entumecido cuerpo. Gracias a su denso pelaje el San Bernardo es capaz de soportar temperaturas muy bajas. Es descendiente de los mastines romanos o quizá del Mastín Tibetano, los cuales se cruzaron con los canes suizos, siendo posible que hacia el siglo XI la raza ya se hubiese consolidado. En aquella época este animal se usaba en las fincas de los valles. Su nombre proviene del hospicio San Bernardo de los Alpes suizos, en el cual, desde el siglo XVII se criaba con el objetivo de guiar a los monjes por la nieve y encontrar caminantes perdidos por las ventiscas. Se calcula que rescataron a más de 2.500 personas. En el siglo XIX mezclaron a estos perros con la raza Terranova para así proporcionarle una envergadura y fuerza superiores, dando lugar al San Bernardo de pelo largo. A pesar de todo, esta última raza tenía dificultades con el hielo, por lo que los monjes optaron por ir regalando las crías a la gente que habitaba en zonas menos elevadas como eran los valles.

Al ser una raza creada para la nieve posee unas patas proporcionales a su altura y su peso oscila entre los 55 y los 90 kilos. Se trata de uno de los perros de mayores proporciones y peso aunque con una vida limitada entre los 8 y los 10 años.

El San Bernardo es una mascota ideal para grandes casas con jardín situadas en zonas que no alcancen temperaturas altas. Es un perro al que le encantan los niños y es bueno tanto con ellos como con otras mascotas. Es muy afectuoso y calmado, aunque es adecuado adiestrarlo bien desde cachorro para que no se descontrole en la edad adulta. Un ejemplo divertido de ello es la película Beethoven, protagonizada por un alterado aunque noble San Bernardo. Hemos de tener en cuenta que se trata de un animal con tendencia a babear todo lo que se cruce en su camino y a roncar de noche, por lo que es recomendable tenerlo en el exterior en la medida de lo posible.

Otra dato a tener en cuenta es que este perro, a causa de su gran tamaño, necesita ingerir una cantidad de alimento considerable, esto es de 860 a 1.200 gramos diarios de pienso. Por todo ello debemos ser conscientes del gasto que tendremos que afrontar al adoptarlo. Además el San Bernardo requiere de paseos diarios para favorecer su salud y es recomendable cuidar su higiene (sobre todo en ojos y boca), así como cepillarlo diariamente. Una vez por semana debe hacérsele recorrer una distancia superior a la habitual (que sea el perro quien la concrete) y si puede ser dejarle que corra libre por alguna zona que lo permita.

Si sois capaces de darle una vida estupenda y queréis que os la de a vosotros, adoptar a este pequeño gran amigo es la solución.

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