Seguro que alguna vez te has fijado como tanto perros como gatos tienden a morder o masticar distintas plantas o hierbas. Esto no significa que nuestro animal haya sentido una revelación y se haya vuelto de golpe vegetariano, ni tan siquiera omnívoro. Pues ambos, salvo contadas veces, son animales carnívoros.
El problema no es tanto eso como que, en el caso de gatos, que viven en el interior de casas o pisos y no tienen ningún otro acceso a estas plantas. Veamos como terminan devorando nuestras plantas y macetas favoritas.
Aunque lo creamos, la solución no es regañar o esconder estas plantas. Ya que, sin darnos cuenta estamos interrumpiendo un ciclo natural en la alimentación, limpieza y sanidad de nuestras mascotas.
¿Por qué comen plantas?
Esas veces contadas no son algo solo típico de nuestras mascotas. El hecho de que busquen lo verde es la misma por la cual los seres humanos empezaron a introducir estos alimentos a su dieta, que no es otro que pulgares y desinfectarse. Ya que estos alimentos limpian y eliminan las toxinas de nuestro cuerpo.
Por lo cual, las utilizan como analgésicos, laxantes o vitaminas naturales. Sin embargo, cuando vemos que un animal suele mordisquear una hoja, sin llegar a comerla, rompiéndola en pedacitos. En este caso estamos presenciando como el animal utiliza esta planta como extracción de aromas, para terminar eligiendo la que mejor se adapte a lo que está buscando en ese momento.
Hierba gatera
Hablando de plantas, me parece curioso comentar las características que este tipo de hierbas ejerce en los felinos. No se sabe muy bien porque, pero cuando están cerca de ellas muchos gatos o se ven completamente hipnotizados por ella o bien se vuelven hiperactivos. Aunque también hay casos en los que ni tan siquiera las perciben. Todo es según cada gato.
Si nos basamos en los estudios, se ha reconocido que 7 de cada 10 de estas mascotas se sienten atraídos por esta planta. La que los relaja ya sea solo frotándose contra ella como masticándola. Aunque lo parezca, no hay ningún peligro, ya que no es toxica. Parece que el misterio reside en la nepetalactona, sustancia capaz de estimular el olfato de los gatos.
En resumen, lo importante es que, aunque tengamos que sacrificar alguna de nuestras queridas plantas, dejemos que nuestro animal de vez en cuando le peque algún bocadito o, simplemente, dejemos alguna de ellas para sus necesidades.