A veces salir a pasear con nuestro perro nos provoca estres porque no entendemos por qué cuando se encuentra con otro perro comienza a ladrar y a tirar de la correa. Nosotros en ese momento tendemos a alejarnos porque consideramos que esa situación es un problema, y esa sensación la tenemos nosotros como dueños del perro y posiblemente también lo piense la otra persona con la que nos hemos encontrado paseando tranquilamente a su mascota.
Esta actuación viene provocada por dos situaciones que son totalmente opuestas. La primera, nuestro perro se encuentra con otro cánido y quiere hacer cosas típicas de perros, como olisquearse, andar en círculos, etc., aspectos que son básicos en la forma de relacionarse con sus iguales, lo que sucede es que no le dejamos hacerlo, le llevamos con una correa demasiado corta, y no puede acercarse, por lo que su forma de expresarlo es a través del ladrido, lo que tiene como cosecuencia que nosotros no le entendamos y nos pongamos tensos queriendo huir de esa situación. La segunda posibilidad es que nuestro perro no esté bien socializado. Durante ese importante periodo que se inicia en la sexta semana y se prolonga hasta la semana 18, debemos permitir que nuestra mascota se relacione con otros perros. Si no lo hacemos así, en su edad adulta ladrará a sus iguales porque se sentirá amenazado por ellos. Nuestra respuesta innata va a ser evitarla y huir, por lo que estaremos reforzando el ladrido, nuestro perro pensará que a su lado el otro se marchará y podrá quedarse tranquilo.
Ante estas dos situaciones nuestra respuesta debe ser siempre la misma, la tranquilidad. Es necesario mantener la calma y hablar a nuestro perro con un tono tranquilo, y lo completaremos agarrando la correa de forma suave al mismo tiempo que firme, hay que pensar que la correa es el instrumento a través del cual estamos conectados a nuestra mascota, por lo que si tensamos o tiramos de ella el perro comenzará a ladrar.
Otra fórmula es llevar los bolsillos llenos de premios. Esto lo utilizaremos en los momentos en los que nos encontramos con otro perro si nuestra mascota comienza a ladrar. En ese momento tiraremos un premio al suelo delante de sus ojos y le diremos que busque. Mientras realiza esta operación, su concentración se desviará a la conducta que nosotros deseamos, por lo que el otro perro se podrá marchar sin que haya existido conflicto alguno entre ellos.