Especies de tortugas I

A la hora de elegir una tortuga, no siempre tenemos los conocimientos adecuados para decidirnos por cual es la más adecuada al espacio del que disponemos y a los cuidados que hay que darlas, en muchas ocasiones solo sabemos que se diferencian en terrestres o en acuáticas, por eso este artículo va hablar de tres especies, y habrá diferentes partes en próximos días para hablar sobre las tortugas que nos podemos encontrar en la tienda de animales y las características que las diferencian unas de otras para que podamos elegir cual es la más adecuada.

Apalono ferox. Esta tortuga tiene el caparazón blando. Al tener un caparazón blando la protege poco, y por eso han desarrollado una piel en el cuerpo que es más gruesa que en las patas. Tiene tonalidades negras y naranjas, estos colores según van pasando los años los van perdiendo. La nariz tiene forma de trompa. El cuidado de este reptil debe realizarse en un acuaterrario que debe contener 4/5 partes de agua, el fondo debe estar cubierto con arena, debe  contener la suficiente arena para que se pueda enterrar y las cubra enteras. La temperatura a la que debemos mantener a nuestra mascota es de 22º. Deben tener acceso a la parte de tierra mediante una rampa u otro elemento que permita el acceso. La alimentación se basa en carne, ella prefiere una dieta de animales vivos pero si la insistimos al final se acostumbrará a comérselos muertos. En su vida diaria son tranquilas, lleva mal la convivencia sino hay suficiente espacio. A la hora de cogerlas y manipularlas hay que tener cuidado porque son agresivas y tienden a morder por lo que deberemos ponernos guantes para que no nos hagan daño.

Galápago leproso. Su caparazón es verde oscuro con pequeñas manchas de color marrón esta característica la van perdiendo con la edad. Las patas, la cola y la cabeza son del mismo color que el caparazón pero con rayas más claras. Esta especie puede llegar a medir 25 centímetros por eso cuando llegan a los 10 cm, se las debe tener al aire libre como por ejemplo en un estanque, la profundidad del agua deber tener 80 centímetros en un lado e ir disminuyendo poco a poco para que puedan salir del agua y se puedan poner a tomar el sol. Son carnívoras, su alimentación se basa en diferentes animales.

Tortuga escurridiza, esta especie es una de las más habituales en las tiendas de animales. Su tamaño es de 20 a 30 centímetros de largo. Es sencillo cuidar a esta especie, si tiene alimento suficiente, sol y espacio para poder moverse. Se les debe colocar en el agua a una profundidad de 60 cm y debe reducirse progresivamente para que tenga acceso a la tierra firme para que pueda ponerse al sol.

Sociabilidad de los Yacos

Los yacos es una especie de loro muy sociable, por lo que no tendrá dificultades en integrarse en la familia y le deberemos dar un compañero bien en el momento de la compra porque sabemos que existe otro yaco con el que se lleva bien o se le dará posteriormente cuando se haya adaptado al hogar. Sí lo hacemos posteriormente deberemos ser muy cuidadosos con la integración de un nuevo yaco en la familia.

Lo primero que debemos hacer es avisar a nuestra mascota que va a tener un compañero, esto cómo lo hacemos, instalando una jaula semanas antes de la llegada del yaco a casa. La instalación de la nueva jaula debe realizarse cerca de donde esta nuestra mascota para que pueda verla. Esta acción se debe realizar 3 0 4 semanas antes de que llegue la nueva ave al hogar.

Una vez que le llevemos a casa es necesario que cada uno tenga su jaula, esto es principalmente prevención, sí les metemos a los dos en la misma jaula posiblemente habrá disputas y peleas por el territorio, así que es mejor que cada uno este en su jaula. Cuando les queramos juntar les levaremos a una habitación que les resulte desconocida a los dos para que no haya peleas por el territorio.

A la hora de sacarles de la jaula es necesario que se saque primero al veterano para que este no se sienta relegado y celoso del nuevo integrante.

Una vez que estén fuera, es importante que estemos presentes y que supervisemos la situación, sí deciden volar deberemos observarles porque es dónde se puede producir una pelea. Los yacos igual que las personas tienen su propia personalidad y entra dentro de las posibilidades que no se lleven bien, no forzaremos la situación y le mantendremos separados.

Yacos y niños

La relación entre yacos y niños puede ser positiva siempre que se sigan una serie de recomendaciones, como por ejemplo que el menor no se ponga a jugar cerca de la jaula, a correr alrededor de ella o a colgarse de la jaula, esto supone para el yaco que le esta invadiendo su territorio y le esta molestando por lo que la reacción de éste puede ser picarle o volverse agresivo con el niño.

Los niños y los yacos pueden crear una buena pareja en la que ambos aprendan de su relación pero es importante que no se les deje solos y que cuando jueguen juntos lo hagan en una habitación que sea neutral para el yaco.

Un dato importante es tener especial cuidado ocn los amigos de los niños, estos no hacen parte de la manda y el yaco los puede sentir como peligrosos.

El agua y los gatos

Kitty Mimi

Todos en algún momento habremos oído la frase a los gatos no les gusta el agua o incluso habremos visto algún gato evitando el agua saliendo despavorido para evitar su contacto, no existe teoría que colabore esta situación, aunque si existen multitud de hipótesis que se pueden considerar la verdadera razón de porque los gatos evitan el agua.

La primera teoría no constatada es por su pelaje, si se moja en exceso el pelo del gato tiende absorver, lo que tiene como consecuencia que llegue a la piel y pierda toda protección. El pelaje del gato es muy importante porque gracias a él, consigue mantener su temperatura corporal, por el contrario si la humedad producida por el agua llega a su piel y baja la temperatura de su cuerpo, por la noche cuando salga a cazar, porque hay que recordar que son animales nocturnos y que cazar cuando llega la oscuridad podrían morir por frío.

Otra teoría que se baraja es el tema de su sistema respiratorio, los felinos tienen unos pulmones débiles o frágiles, y como todo el mundo sabe, los gatos son muy inteligentes por lo que evitarían el agua para evitar enfermar.

Estas hipótesis están ahí y se pueden creer o no, de todas formas por normal general los humanos tampoco ponemos mucho empeño para que los gatos se bañen, aceptamos que son animales limpios, que ellos mismos hacen la tarea de asearse y no profundizamos más en el tema. Se podría lograr que un gato se metiera en el agua sin problemas, si se inicia el procedimiento de habituarlo a mojarse desde pequeño, para ello debe asociar el agua como un estímulo positivo, las mismas directrices que se utilizan para otros animales, para que asocien determinadas acciones o hábitos como positivos a través de un premio también se puede realizar con la mascota felina.

Como en todas las especies dentro del mundo de los gatos existen excepciones, hay alguna raza de gato que le encanta el agua, este supone un medio a través del cual consigue alimento. Se trata de una raza llamada Turco Van, que como su nombre indica viven en el lago Van, y allí se introduce en el agua del río para pescar y conseguir sus peces que van a ser uno de los alimentos más habituales de su dieta.

Como se puede ver las generalidades no siempre son totalitarias siempre hay excepciones simplemente hay que investigar un poco.

 

Orgullo de especie

Tengo muy claro que quienes dicen eso de “cuanto más conozco a las personas, más prefiero a mi perro” están diciendo una soberana gilipollez. Pero sólo por el hecho de que el humano, al igual que perros, gatos, hurones o escarabajos de la patata, es un animal en el sentido más científico y menos peyorativo de la palabra.

Y, como animales que somos, como seres vivos, de hecho, que somos, poseemos una especie de instinto, de orgullo de especie, un considerar a nuestra progenie la más importante que hace que sobrevivamos ante otros animales y plantas.

Como digo, sólo desde el punto de vista expuesto entiendo que hemos de preferir a nuestros congéneres antes que a nuestras mascotas. Lo demás, sería negar el instinto que nos ha traído hasta aquí como especie (y que no sé hasta qué punto es bueno para el planeta en su conjunto).

Un impulso jueguetón

Pero vamos a jugar a negar ese impulso natural. Vamos a suponer que nuestras entrañas no nos impulsan a pensar que el ser humano es la especie que más vale la pena, haciendo un poco de psicología ficción.

¿Qué tienen de extraordinario otras especies para que podamos preferirlas a la nuestra propia? Pues, cada uno tendrá sus motivos, pero un servidor va a hablar de algunos de los suyos para adorar (no literalmente, claro) a determinadas especies que superan en ciertos aspectos al evolucionado (¡Ay, que me parto de risa!) ser humano.

Perros, gatos, canarios y otras especies superiores

El primer ejemplo que se me ocurre es también el más manido: el perro. Sólo si has mirado a los ojos a un perro y has visto hasta qué punto puede llegar a ser noble esa mirada, hasta qué punto te transmite que daría, sin dudarlo un segundo, la vida por ti. Sólo si has sentido una cabeza apoyada en tu muslo, mendigando aprobación y mimos, sin pedir más que eso, sabrás por qué sólo el instinto nos impide preferir a los perros antes que a los humanos.

Pero, claro, hay personas para las que la nobleza, la bondad o la fidelidad sin límites no son suficientes. Natural: estamos hablando de un concurso de méritos entre especies y uno de los concursantes es el género humano.

Siempre hay quien lo supere a uno

Sea: observemos la elegancia del caminar felino, la belleza del plumaje o del canto de un pájaro… En fin, todo aquello en lo que otras especies, de una u otra forma nos superan. No nos engañemos: al menos un servidor sigue prefiriendo a los humanos

… Pero por un margen cada vez menor. Al fin y al cabo, somos la única especie que lucha conscientemente a muerte, que mata por placer y que soporta tener banqueros y políticos entre sus semejantes.