Tomando el té con British Shorthair

Hoy vamos a conocer unos cuantos detalles acerca de uno de los gatos más elegantes que conozco, el British Shorthair. Bueno, elegantes en el sentido inglés del término, o sea, más bien estirado, aunque sin ese aire de superioridad con el que nos mira siempre un siamés (a mí por lo menos; creo que esos gatos me desprecian profundamente).

Se dice que los orígenes de este gato se remontan a los ejemplares que los romanos llevaron a la pérfida Albión hace casi dos mil años. Ya será menos… Todos sabemos cómo les gusta a los ingleses darse pisto. Lo seguro es que estuvo entre los gatos de las primeras exposiciones de 1870 en Londres. Casi desaparecido tras la Segunda Guerra Mundial, los criadores se tragaron su orgullo mezclándolos con persas.

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Emociones en los animales

Durante muchos años se ha investigado sí los animales tienes sentimientos y emociones, es decir, si es posible decir que un perro, un gato  o cualquier otro animal se le puede catalogar de triste sin caer en la trampa de estar humanizándoles. En los años 60 muchos investigadores decían que eso era imposible que los animales eran eso animales y por ello no podían sentir, pero un pequeño grupo de científicos avanzados para su época y muy críticados por los de su profesión decidieron investigar con la premisa que nosotros también somos animales, nos diferencia que somos animales-humanos pero ante todo animales si compartimos esa característica porque no van a sentir.

Después de muchos años de investigación se llego a la conclusión de que era cierto que los animales sienten y lo expresan a su manera igual que nosotros lo hacemos a la nuestra. Un ejemplo de que los animales sienten y son mucho más solidarios que los humanos lo vive hace unos años en el zoo en el que trabaje, allí en la zona de herbívoros había un Ñu, un Wallaby y su cría y muchas avestruces. Las avestruces atacaban a la cría pero el Ñu a pesar de no ser padre y ni siquiera pertenecer a la misma especie la adopto como su propia cría y la defendía de los picotazos de la avestruces.

El reino animal nos puede dar muchos ejemplos de como pueden sentir compasión, tristeza, alegría, felicidad e incluso amor. Pero los animales humanos nos empeñamos cuando nos interesa decidimos que solo son animales, esta justificación la suelen hacer las personas que dañan a los animales cortándoles las orejas, quemándoles o cuando les abandona en medio de la nada para que mueran de hambre y sed. Gracias a Dios existen protectoras y refugios donde se da cobijo a aquellos seres que lo han dado todo por sus compañeros de viaje humanos pero que éstos no han sabido estar a la altura.

¿Cómo es posible que haya gente que pueda hacerles daño? En vez de investigar si los animales tienen sentimientos o no, los científicos deberían de preguntarse que es lo que provoca que una persona pueda dañar a su mascota sin ningún tipo remordimiento. Es mucho más noble que sí te has cansado de tu mascota, no te puedes hacer cargo de ella o cualquier otra idea que se le pase por la cabeza al humano, que lo lleve a la protectora antes de dañarlo o abandonarlo a su suerte.

España es uno de los países donde más abandono de animales hay, ellos tienen sentimiento, que tal si adoptamos el lema no hagas lo que no te gustaría que te hicieran a ti.

 

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Origen de los gatos

Los gatos llevan en nuestro planeta unos 12 millones de años pero paraestablecer la aparición de los gatos normalmente nos remontamos al Antiguo Egipto, información certera porque las primeras anotaciones datan del 3000 Antes de Cristo. Esta fecha es el inicio, pero si profundizamos sobre las diferentes informaciones podemos saber cómo llegó al resto de países y qué utilidades y connotaciones ha tenido a lo largo de los siglos hasta la actualidad.

Hemos establecido el origen de este felino en Egipto. Desde entonces hasta este momento tiene una evolución en sus funciones gatunas. En un primer momento se le utilizaba para mantener los graneros limpios de roedores, más tarde fue entrando poco a poco en las casas, siendo su función principal el de hacer compañía, hasta que finalmente era tan importante entre la población egipcia que le atribuyeron aspectos divinos. Los egipcios crearon leyes de protección muy estrictas. Era tal la dureza de este código que aquel que matara a un gato sería castigado con la pena de muerte.

Este animal era adorado hasta tal punto que cuando moría, los miembros de las familias egipcias con los cuales había convivido se depilaban las cejas en señal de luto, y el cuerpo del felino era momificado y llevado al templo para que descansase.

En los países asiáticos llegó en el año 400 Antes de Cristo por vía marítima. En China la religión más importante era el budismo, y esta le dio unas atribuciones negativas a estos felinos. Existía el pensamiento de que los gatos traían la pobreza al hogar. Los campesinos chinos les utilizaban para cuidar sus tierras de roedores por lo que tuvo una función de cazador.  En el país asiático vecino, en la India, la suerte de los gatos fue totalmente diferente, ya que aquí se le daban atribuciones de divinidad.

En nuestro continente Europeo, llegó directamente desde Egipto y se cree que fueron los Fenicios los que propiciaron su llegada, principalmente  por las anotaciones existentes, aunque existen dudas porque los Romanos tenían gran aprecio a estos animales, para ellos simbolizaba la victoria. Desde nuestro continente se produjo la expansión de los felinos a America. Este hecho se produce en el momento en que se inician las conquistas de este continente. Pero no siempre en nuestro continente han estado bien vistos los gatos, hubo una época negra en la que fueron perseguidos, nadie podía tener un gato como animal de compañía porque automáticamente serían perseguidos y castigados por ser acusados de brujería, en este periodo de la historia se crean muchas supersticiones alredor de este animal que han llegado a nuestros días.

Algunos ejemplos:

  • “Los gatos negros traen mala suerte”
  • “Si te cruzas con un gato negro es que algo te va ocurrir”

Estos hechos tuvieron unas consecuencias dramáticas por la aparición de la peste hacia el año 1300 y que tuvo como resultado la muerte de muchas personas. Después de esta época oscura, los felinos volvieron a desempeñar su rol de animal de compañía que se mantiene hasta nuestros días.

Transportin y los gatos

El transportin es una caja metálica y/o de plástico que posee una puerta en la parte delantera que se cierra con un mecanismo para evitar que se salga la mascota. Estos elementos son utilizados con animales de tamaño pequeño, como gatos, roedores, hurones… Sirven para desplazar a nuestras mascotas de forma segura en el coche, cuando se realiza algún viaje o cuando se tiene que acudir al veterinario.

Por norma general a los animales no les gusta el transportin, principalmente porque ellos asocian los objetos a experiencias que pueden ser positivas o negativas. En la mayoría de los casos, esta caja metálica solo se utiliza para llevar al animal al veterinario, y estas visitas no son de su agrado porque normalmente acudir al veterinario supone que te pinchen u otra acción poco agradable, por lo que se tendrá dificultades para introducir a la mascota dentro del transportin.

Lo que se debería de hacer es habituar al animal al transportin, que el lo considere un objeto más de su vida diaria para ello se dejará en la habitación con la puerta abierta, que lo olfatee, que entre y salga sin que se le cierre la puerta.

Cuando ya se haya familiarizado el gato con él, se puede introducir un trozo de comida dentro para que entre y en ese momento se le puede cerrar la puerta, tiene su recompensa porque tiene algo de comer que le gusta. En un par de minutos se le abrirá la puerta para que pueda salir. Es necesario que este ejercicio se haga al principio repetivamente porque eso lo ayudará a que se acostumbre a estar dentro y que asocie a una experiencia positiva y que la puerta siempre se va abrir.

Al principio se hará la habituación en periodos cortos para ir incrementando poco a poco los espacios de tiempo, esto tendrá como consecuencia que con el tiempo lo vea como algo natural y su estado sea tranquilo. Los viajes al veterinario no serán tan estresantes para él.

Siempre premiaremos tanto la entrada al transportin como la salida, para que lo asocie con algo positivo. Es importante que en épocas de mucho calor no se le tenga demasiado tiempo dentro porque le puede dar un golpe de calor. Una forma también de lograr que esté tranquilo en el interior del transportin es colocándole una sábana o un objeto que le guste mucho y que sea de su rutina habitual.

Problemas en la piel de tu gato

Si un gato se rasca demasiado o comienza a perder pelo por algunas zonas puede deberse a diversos factores. El estrés puede hacer que tu gato se lama o se rasque hasta que su pelo caiga o se produzcan heridas.

Pero antes de comenzar a plantearse que pueda deberse a un desorden nervioso debemos de asegurarnos que no tienen ningún parásito que esté causando los problemas o algún hongo que le esté provocando tiña o dermatitis.

gato
© miff32 – Fotolia.com

Parásitos más habituales en la piel de los gatos

Pulgas: El más común de los parásitos en perros y gatos. Las pulgas pueden dar muchos problemas sobre todo si el animal es alérgico a sus picaduras y sufre de ronchas y picazón intenso. Se rascan a menudo y son fáciles de ver sobre todo en la zona superior de los ojos, hacia las orejas. Ahí los gatos tienen poco pelo y se pueden ver bien las pulgas. En la tripa, si se deja mirar, también es un sitio ideal para detectarlas. Son fáciles de combatir con pipetas, pero si han anidado en casa, especialmente en suelos de madera, puede ser que se repitan hasta que consigamos acabar con los nidos.

Garrapatas: Aunque es falsa la creencia de que si arrancamos una garrapata la cabeza puede quedar dentro de la piel del animal y continuar creciendo, es verdad que es algo complicado soltar a este parásito. Lo mejor es utilizar unas pinzas con las que sujetaremos al parásito lo más cerca posible de la piel, ya que ahí está la boca con la que se han adherido y girar en el sentido contrario a las agujas del reloj. Cuándo la garrapata se engancha en la piel lo hace en el sentido de las agujas, así que de este modo es más fácil conseguir que se suelte. Jamás aprietes al ácaro, pues podría pasar sangre contaminada al animal (o a ti si te han pasado una tus gatines) y causar una buena infección.

Piojos y liendres: Los gatos pueden tener piojos, aunque no son del mismo tipo que los que habitan en la cabeza humana, así que ni el gato se contagiará de los que tú puedas tener ni tú de los que el animal traiga a casa. Son muy fáciles de tratar, al igual que en las personas y solo requieren de una loción y mucha paciencia. Si el peludo permite que se le bañe todo será mucho más rápido.

Ácaro de la sarna: Hay diferentes tipos de sarna, algunos de los cuales pueden ser contagiados a las personas. Se trata de un ácaro que se introduce bajo la piel del animal y produce un intenso picor. Debe de ser tratado por un veterinario, ya que dependiendo del ácaro al que nos enfrentemos tendremos que usar métodos muy diferentes.

Trombiculosis felina: Se trata de un ácaro que causa granos de color anaranjado en la piel de gato. Causa mucho picor y es más frecuente en la zona de las orejas. Debe de tratarse por un veterinario.

Miasis: Es una larva de una mosca más típica de climas tropicales que del clima español pero que puede darse también en nuestro país en verano. La larva se introduce bajo la piel y crea una úlcera que puede llegar a ser de gran tamaño. En casos graves puede infectar órganos genitales, intestinos y otras mucosas. Es contagioso al hombre y necesita de tratamiento rápido.

Cuterebras: Son larvas de moscas sin patas. Forman una especie de forúnculo con un agujero en el centro por el que respira. Son bastante grandes y jamás se deben de apretar para que salga la larva, ya que de romperse puede causar una infección muy peligrosa. Si se detectan estos bultos hay que acudir al veterinario a por una solución.

Hongos más frecuentes en los gatos

Las micosis son muy comunes en gatos y muy difícil de diferenciar unos hongos de otros para los que no somos expertos en veterinaria. Ante cualquier síntoma que pueda indicar hongos, acude al veterinario y actúa rápido ya que muchos son contagiosos para los humanos y aunque no suelen ser peligrosos si son bastante trabajosos de quitar, sobre todo cuándo hay varios animales en la casa. Generalmente se conoce a estas infecciones como tiña.

Microsporum canis : Es el principal responsable de micosis en perros y gatos. Es tan común que incluso muchos gatos asintomáticos lo portan y lo contagian.

Microsporum gypseum: Es la famosa tiña que se le pone a muchos gatos en la cabeza y que se caracteriza por perder pelo en principio en una zona pequeña y redonda como una moneda.

Trichophyton mentagrophytes: es más común en perros y conejos pero también afecta a nuestros felinos. Puede causar prúrito.

Estos tres son los hongos más comunes, pero los gatos pueden sufrir de otro tipo de infecciones sicóticas, como la candidiasis, del mismo tipo que la que sufren las personas en los órganos genitales o la boca.

¿Qué es una mascota?

Todos nos referimos a determinados animales como mascotas o animales de compañía pero deberíamos de especificar este concepto para aquellos que no lo tienen claro y utilizan a estos animales con fines poco adecuados. Sí miramos la wikipedia, enciclopedia libre de internet donde todo el mundo puede colaborar y completar conceptos, define mascota como animal que no es utilizado para el alimento ni tampoco es usado para fines laborales.
El término mascota proviene del latín mascoto que se define como talismán, este concepto con el tiempo se fue aplicando no solo a los animales sino también a los seres humanos y venía decir aquel ser vivo que traía fortuna.
Después de todos estos conceptos podemos definir animal de compañía aquel que se cría y vive con la personas con la finalidad de ser feliz y hacer un poco más feliz a las personas que le rodean. El tener animales de compañía no es propio de una sociedad en concreto sino que abarcan a multitud de ellas y el fenómeno social que se produce a la hora de acoger a un animal en casa es bastante antiguo.
En la mayoría de las partes del mundo los animales elegido prioritariamente como mascotas son el perro y el gato, el ser humano ha intervenido en su evolución haciendo que la cría fuera selectiva es decir, que solo procrearan aquellos que cumplían una función específica en la vida humana. Cada vez es más habitual que haya otros animales, considerados mascotas que hace décadas no se podía imaginar, como es el caso del conejo, la cobaya, los hurones, las tortugas e incluso cerdos vietnamitas.
El origen de la mascota lo hemos datado de antiguo, concretamente al inicio de la prehistoria es cuando se comienza a domesticar determinados animales. En el caso de los perros comenzó cuando el hombre empezó a ser sedentario y compartía territorio con los lobos, los perros descienden directamente de los lobos, y fueron adoptados por los hombre los débiles para que les sirvieran en la caza y en la protección principalmente. En el caso de los gatos fueron utilizados para cazar y mantener los cultivos, y almacenaje de víveres limpio de ratas y otros animales.
La única mascota que se mantiene como en el origen es el caballo, no se le ha cambiado su morfología, pero también se nota la mano humana teniendo en cuenta que son adiestrados para conseguir que sean dóciles con los humanos.
Todos los animales de compañía han sido escogidos por el hombre para convivir en armonía por lo que cuando decidamos tener una mascota dediquémonos a cuidarla y a darla lo que necesita, cuidados, afecto y ejercicio. Nunca les dañaremos.

Los excesos nunca fueron buenos

He sido estudiante, y como tal, vivido lejos del hogar familiar durante una buena cantidad de años. Al menos el tiempo suficiente como para haber conocido a todo tipo de personas  –y a algunos personajes- . Pero una de las lecciones más importantes sobre mascotas me la enseñaron unos gatos.

Vaya por delante que, aunque me parecen la quintaesencia de la elegancia, aunque no soy de los que juzgan a toda la “gatunidad” por un animal arisco o demasiado independiente, yo no tendría un gato como mascota. Tal vez dentro de unos párrafos entiendas por qué.

Veamos: Salamanca. Piso de estudiantes. Cinco chicos, dos de ellos con su pareja, conviviendo. En él, mi Draco –perro-, mis Bryan y Lady –periquitos- y hasta dieciocho gatos de diferentes razas. Has leído bien: dieciocho gatos.

Su dueña (no recuerdo ni me importa no hacerlo, cómo se llama) era una apasionada absoluta de los gatos. Tanto, que cada vez que se topaba con un gato callejero se lo llevaba a casa… Y se olvidaba de castrar a algunos de ellos.

Cabe añadir que los animales vivían, con esta chica y con su novio, en una sola habitación, de modo que, salvo en alguna rara ocasión en la que se escapaban, los animalitos, pobres, no molestaban a nadie. Dieciocho gatos y dos humanos. Podría muy bien ser el título de una comedia, si no fuera porque el tema es serio.

No quiero pensar en el aire que la parejita debía respirar cuando recuerdo el olor que salía del cuarto cada vez que entraban o salían de él (sólo ellos se aventuraban a hacerlo). Y, más allá del terrible pestazo, pensemos que, por boyante que sea, una economía estudiantil no basta para sostener a una manada tan amplia:

Si pretendían cumplir, no ya con las vacunaciones y las medicinas necesarias, sino con la mera necesidad de alimentarse de los gatos, los que no iban a comer serían ellos. Además, ¿cómo se puede dividir el cariño y la educación que precisa una mascota entre dieciocho? ¿Los juntaban en un aula y les daban una clase de orinar en la arena?

En fin, que está muy bien apasionarse con uno u otro animal, pero el exceso siempre es malo. Cada vez que recuerdo cuánto me gustaría tener seis o siete perros, recuerdo los gatos de aquel piso y pienso si podría atenderlos a todos… y mis ilusiones se reducen entonces a tener uno grandote y tranquilo.

Mímica y gestos en los gatos II

En el anterior post se estableció que los gatos se comunican a través de las diferentes partes del cuerpo, es necesario para comprenderlos fijarse en cada una de las partes para poder entender lo que quiere o va hacer.

Se comenzó hablando de la mímica pero no se finalizo con todas las partes que la integran, se hablo de pupilas, párpados, bigotes y orejas, a continuación se hablará de la boca y labios, para finalizar con este apartado y comenzar con el de los gestos.

Boca: En los humanos, cuando una persona bosteza significa que está cansada, y/o aburrida, en el caso de los gatos el significado no tiene nada que ver con el de las personas. Cuando un gato bosteza, está expresando que se encuentra relajado  y que tiene la situación controlada.

Labios: Estos tienen una posición que se llama flemen, que se produce cuando el felino abre la boca y  sube un poco la nariz, si se humaniza el gesto, este indicaría que lo que hay delante le da asco, pero el significado gatuno habla de que le gusta y le da placer lo que está oliendo.

Cuando se habla de gestos se refiere al conjunto de movimientos que se producen en el cuerpo del felino, ya sea patas, tronco, pelos, cola y/o cabeza. Los movimientos no se deben de interpretar sin tener en cuenta la mímica, unos completan a otros.

Cabeza: Cuando un felino ladea la cabecea está expresando que se va acercar, está información se deberá completar, con los bigotes y orejas para saber si lo realiza de forma amistosa o si va a iniciar un ataque.

Patas: Al doblar las patas, esta estableciendo su estado, si dobla las traseras estás se refieren a que no se encuentra seguro en la situación y optará por marcharse del lugar. En el caso de que sean las delanteras las que doble, informará que va a comenzar un ataque.

Cola: Está no solo es una parte fundamental para mantener el equilibrio, sino que en función de la colocación de la misma tendrá 12 posibles significados, por ejemplo si mueve la cola hacia arriba bruscamente esta manifestando que ese encuentra nervioso. Este movimiento se puede ver en los gatos domésticos, en el momento que se encuentra en una ventana y está viendo pájaros, el hecho de no poder salir al exterior hace que el gato tenga un conflicto porque uno de los rasgos de los felinos es el ser cazador y se encuentra con el dilema de como conseguir atacar.

 

El agua y los gatos

Kitty Mimi

Todos en algún momento habremos oído la frase a los gatos no les gusta el agua o incluso habremos visto algún gato evitando el agua saliendo despavorido para evitar su contacto, no existe teoría que colabore esta situación, aunque si existen multitud de hipótesis que se pueden considerar la verdadera razón de porque los gatos evitan el agua.

La primera teoría no constatada es por su pelaje, si se moja en exceso el pelo del gato tiende absorver, lo que tiene como consecuencia que llegue a la piel y pierda toda protección. El pelaje del gato es muy importante porque gracias a él, consigue mantener su temperatura corporal, por el contrario si la humedad producida por el agua llega a su piel y baja la temperatura de su cuerpo, por la noche cuando salga a cazar, porque hay que recordar que son animales nocturnos y que cazar cuando llega la oscuridad podrían morir por frío.

Otra teoría que se baraja es el tema de su sistema respiratorio, los felinos tienen unos pulmones débiles o frágiles, y como todo el mundo sabe, los gatos son muy inteligentes por lo que evitarían el agua para evitar enfermar.

Estas hipótesis están ahí y se pueden creer o no, de todas formas por normal general los humanos tampoco ponemos mucho empeño para que los gatos se bañen, aceptamos que son animales limpios, que ellos mismos hacen la tarea de asearse y no profundizamos más en el tema. Se podría lograr que un gato se metiera en el agua sin problemas, si se inicia el procedimiento de habituarlo a mojarse desde pequeño, para ello debe asociar el agua como un estímulo positivo, las mismas directrices que se utilizan para otros animales, para que asocien determinadas acciones o hábitos como positivos a través de un premio también se puede realizar con la mascota felina.

Como en todas las especies dentro del mundo de los gatos existen excepciones, hay alguna raza de gato que le encanta el agua, este supone un medio a través del cual consigue alimento. Se trata de una raza llamada Turco Van, que como su nombre indica viven en el lago Van, y allí se introduce en el agua del río para pescar y conseguir sus peces que van a ser uno de los alimentos más habituales de su dieta.

Como se puede ver las generalidades no siempre son totalitarias siempre hay excepciones simplemente hay que investigar un poco.

 

Llevar el gato al veterinario

Hay casos de gatos tan dóciles que se han dejado poner un suero o incluso un largo tratamiento de quimioterapia sin dar problemas. Sin embargo otros es ver el transportín y no tratarán de esconderse en el rincón más remoto de la casa. Para estos últimos, la gran mayoría según mi experiencia, es necesaria una gran dosis de paciencia para que la visita al veterinario no sea toda una odisea. Sobre todo si tienes más de un animal.

El primer consejo es dejar que se familiarice con el transportín, es bueno que éste esté siempre a su alcance y que pueda usarlo como cueva o refugio. De este modo estará marcado con su olor y no lo asociará como algo negativo. Pero ojo, si lo hemos trasladado en el y ha vivido una experiencia estresante o nerviosa debemos de lavarlo a fondo para quitar ese olor.

Prepáralo con calma

Si el gato debe de ser operado o piensas que pudieran anestesiarlo, quítale la comida la noche anterior si la cita es por la mañana. Para que entre en el transportín puedes intentar que lo haga mediante un juego. Si no queda más remedio y tu gato odia entrar, puedes usar un spray de feromonas para crear un ambiente más relajado antes de meterlo a la fuerza.

Déjalo un rato dentro antes de moverlo para que se acostumbre y se relaje. Y una vez en la clínica debes de abrir el transportín por arriba. Si lo haces lateralmente el gato se intentará ir hacia al fondo para no dejarse coger. Meter las manos y tirar del animal además de ser peligroso porque puedes llevar un arañazo o un mordisco, lo estresará mucho.

Colabora para que la visita sea lo más agradable posible

Colabora con tu veterinario sujetando al animal o simplemente hablándole con cariño para que sepa que estás ahí. Pero si eres de esas personas que se ponen muy nerviosas entonces mejor espera fuera para no transmitir esos nervios al animal.

En algunos casos los mininos se comportan como niños y son mucho más dóciles y buenos cuándo papi y mami no están delante. Cuándo acabe la visita normalmente el solo entrará sin causar problemas en su “refugio”.

Una vez en casa ábrele la puerta y deja que salga a su ritmo. Puedes ofrecerle una latita de su comida favorita o una chuche como premio o compensación por haber tenido un día difícil. Si tienes más gatos espera antes de juntarlo, los demás detectarán un olor diferente en el y es posible que le bufen un poco al principio.